Aumentan a 158 los muertos en Afganistán por ola de frío
Gran parte del territorio afgano está surcado por la enorme cordillera del Hindu Kush y registra temperaturas extremas durante el invierno
La cifra de fallecidos por las repentinas inundaciones y la ola de frío, la peor que ha vivido Afganistán en décadas y que azota al país en las últimas dos semanas, se elevó este jueves a 158, confirmaron hoy a EFE las autoridades talibanes.
“En 24 provincias afganas, 158 personas murieron y otras 22 resultaron heridas desde el 10 de enero de 2023″ a causa de las bajas temperaturas y las súbitas inundaciones, informó el director de mitigación de riesgos del Ministerio de Gestión de Desastres afgano, Mula Janan Sayeq.
La ola de frío afecta sobre todo al noreste del país, con mínimas que han rozado los 20 grados bajo cero y cubierto de nieve buena parte del país incluyendo la capital, además de haber provocado el fallecimiento de unas 70.000 cabezas de ganado.
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Pese a que los talibanes han enviado equipos a las zonas más afectadas, en coordinación con diversas organizaciones no gubernamentales, la ayuda sigue siendo insuficiente en Afganistán, que carece de recursos para hacer frente a la grave crisis humanitaria que sufre desde la llegada al poder de los talibanes.
“Basándonos en las responsabilidades de la ONG internacional, les solicitamos que ayuden a las víctimas y familias pobres en Afganistán”, alertó Sayeq.
Afganistán ya se encontraba sumido en una profunda crisis humanitaria y económica antes de la llegada al poder de los talibanes, pero el aislamiento internacional y el bloqueo de los fondos de ayuda extranjera tras la caída del anterior Gobierno han exacerbado la situación de precariedad de millones de afganos.
A la crisis humanitaria se ha sumado un invierno particularmente frío, en un país que registra habitualmente muertes por las bajas temperaturas debido a la escasez de infraestructuras y servicios básicos, así como a la reducida calidad de las viviendas, a menudo simples tiendas de campaña en el caso de los más desfavorecidos.
Gran parte del territorio afgano está surcado por la enorme cordillera del Hindu Kush y registra temperaturas extremas durante el invierno.