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Iglesia pide al presidente Petro no politizar a sus obispos

Según la Arquidiócesis de Bogotá, “cada palabra del gobierno hay que examinarla con microscopio”.

Iglesia católica. Foto: Colprensa

En las últimas horas, se conoció una editorial de la Arquidiócesis de Bogotá, en la que critica fuertemente al Gobierno del presidente Gustavo Petro y señalan como una primera gran derrota el rechazo de parte de la guerrilla del ELN a un cese al fuego. “Se había hecho el anuncio con bombos y platillos, juntando en un solo saco a varias organizaciones criminales, pero más tardó el anuncio que la desmentida”.

Por eso, agregan: “Una cosa es lo que puede querer mostrar el Gobierno Nacional y otra muy distinta la que están pensando los famosos actores armados, la mayoría de los cuales están movidos por deseos de poder, riqueza, explotación humana y minera y nada tienen que ver con el conflicto social que se aduce generalmente como causa de tanta inhumanidad y crueldad”.

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Ninguna autoridad del país, bien sea política, militar, civil e incluso religiosa, puede perder de vista lo que realmente son los grupos armados ilegales que hay en Colombia, so pena de cometer graves errores al momento de construir la paz. Es absolutamente ingenuo pensar que unos grupos que llevan décadas en la guerra, en el narcotráfico, en la trata de personas, en la explotación minera ilegal, es decir, ejerciendo el poder de hecho en amplios territorios y enriqueciéndose a manos llenas, van a renunciar a todo eso porque el presidente de la República habla de paz total. ¿A cambio de qué?, dirán los violentos”, agregan.

Se pregunta la iglesia en la editorial, si estos beneficios son a cambio “¿De un salario mínimo? ¿De una parcela en una lejana montaña inhóspita? ¿De someterse a la Ley, aun sin pagar penas? A estas alturas de la historia republicana de Colombia no se puede admitir que los gobernantes cometan este tipo de errores de juicio porque pueden estar abriendo las puertas para que hagan presencia en la sociedad como personas honorables quienes sobre sus hombros y conciencias no llevan sino sangre y dolor ajenos. Mucho cuidado, incluso con lo que se dice y promete, hay que tener al abordar el tema de la paz en Colombia”.

También denuncian que no se pueden exponer a que los utilicen políticamente y así deshacer la autoridad moral que les es propia. “El actual Gobierno ha dado muestras de sobra acerca de cómo sus palabras pocas veces corresponden a la realidad y son más retóricas y políticas que otra cosa. Y los prelados deben tomar atenta nota de esto para no dejarse subir en un carrusel que gira en círculo pero que no tiene derrotero marcado. Cada palabra del actual Gobierno hay que examinarla con microscopio. A todo lo que anuncia el actual jefe de Estado y sus ministros hay que darle tiempo para saber si se trata de algo real, de una acción meramente política, de palabras para salir rápidamente de problemas planteados o de algo oculto. Infortunadamente así están las cosas”.