¿Por qué Benedicto XVI renunció a ser papa?
Hasta Benedicto XV, habían pasado 598 años desde la última vez que un pontífice había renunciado a su ministerio.
Papa Benedicto XVI / Getty Images
El papa emérito Benedicto XVI, cuyo nombre secular era Joseph Aloisius Ratzinger y quien murió este sábado 31 de diciembre de 2022 a los 95 años, protagonizó un hecho que no había sido presenciado al interior de la Iglesia Católica al renunciar a su cargo en 2013.
El primer papa de quien se conoce que abandonó su cargo fue Clemente I, en el año 97 y la dimisión papal más reciente había sido la de Gregorio XII, quien fue papa entre 1406 y 1415.
De esta manera, hasta Ratzinger, habían pasado 598 años desde la última vez que un pontífice había renunciado a su ministerio, optando por no extenderlo hasta el momento de su fallecimiento como ha sido la costumbre católica.
La renuncia de Benedicto XVI
Más información
La renuncia de Ratzinger fue anunciada por él mismo el 11 de febrero de 2013 y la renuncia se hizo efectiva el 28 de febrero siguiente. En ese momento, la sede apostólica quedó vacante y se llevó a cabo un cónclave para elegir al siguiente sumo pontífice de la Iglesia Católica.
Posteriormente, el 13 de marzo, el argentino Jorge Mario Bergoglio fue elegido sumo pontífice y adoptó el nombre de Francisco, convirtiéndose en el primer papa latinoamericano de la historia.
A pesar de que la posibilidad de renuncia está contemplada en el Código de Derecho Canónico de 1983 y para que sea válida solo se necesita que sea “libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”, la situación de Ratzinger fue considerada como anómala.
En ese momento, se debatió si resultaba correcto utilizar el título de “papa emérito” y si Ratzinger tendría que haber vuelto a ser cardenal.
¿Por qué Benedicto XVI renunció a ser papa?
Desde el año 2010, en el libro ‘Luz del mundo: El papa, la Iglesia y los signos de los tiempos’ que fue escrito junto con Peter Seewald, Benedicto XVI había dado indicios de su intención de dejar voluntariamente su ministerio.
Según escribió en aquel entonces, en caso de que el papa “ya no sea física, psicológica y espiritualmente capaz (…) tiene el derecho, y bajo ciertas circunstancias, la obligación de renunciar”.
En 2012, sufrió afecciones cardíacas que lo obligaron a cancelar su participación en eventos públicos.
Para 2013, cuando finalmente anunció su decisión, se conoció que su hermano Georg Ratzinger ya había estado al tanto de sus intenciones incluso meses antes de su anuncio a la prensa. Según comentó en aquel momento, era una decisión razonable debido a que el papa “no dejaba de sentirse más y más viejo” y ya no tenía la energía suficiente debido a que estaba “en un proceso natural de envejecimiento (y) desea una mayor calma para su vejez”.
Tras la renuncia del papa Benedicto XVI, el Vaticano explicó que esta decisión se produjo principalmente por la vejez del sumo pontífice y no al deterioro de su estado de salud, aclarando que era propio de una persona de su edad.
