La noche de navidad no fue del todo alegre para los dueños de Bruno, un perro de 11 meses de nacido que no aguantó las detonaciones del material pirotécnico que <b>activaban algunos vecinos, además de los altos volúmenes de la música.</b>La historia de este canino ha sido rechazada por cientos de personas, quienes dejaron ver su molestia hacia las personas que insisten en el uso de la pólvora, a pesar de que en la ciudad hay un decreto que lo prohíbe.“Él estaba con otra perrita, <b>corría de un lado al otro, se montó por las ventanas,</b> mesa de comedor hasta que termino arrinconado debajo de la lavadora, esto es maltrato animal, y dentro del territorio colombiano está penalizado”, dijo la presidenta de la junta de acción comunal del barrio Minuto de Dios de Santa Marta.Asegura que no solo el canino se vio afectado, el uso de la pirotecnia afectó a otros animales del sector.Ante lo sucedido, <b>el gremio de animalistas de la ciudad</b>, liderado por el abogado Lorenzo Bonilla, manifestó su rechazo a través de redes sociales, aduciendo que los samarios están irrespetando los decretos y las autoridades no actúan sobre ello.