Acertada o no, libertad de prensa debe respetarse: Petro, ¡píldora para la memoria!

“Nadie puede negar en el mundo el fenómeno de compra de grandes medios por inversionistas financieros. ¿Hay allí independencia?”: Roy Barreras

Que no se apaguen micrófonos, plumas ni risas.

Escuchen bien lo que menciona la Organización de los Estados Americanos, OEA: “La censura previa o presión directa o indirecta sobre cualquier expresión, opinión o información difundida a través de cualquier medio de comunicación, debe estar prohibida por la ley, es un delito ya que violan el derecho a la libertad de expresión”.

Comienzo con este pequeño recorderis porque, desde hace unos días, simpatizantes del gobierno e, incluso, algunos funcionarios mismos, están atacando y estigmatizando a los medios de comunicación que no aplauden cada paso que da el Gobierno.

Dicen en sus redes que los medios de comunicación que critican o cuestionan al Gobierno no están alineados al cambio y que están obstaculizando al Gobierno de Gustavo Petro.

Esto sirve de trampolín para que “trolls” y otras personas como el pastor Adolfo Saade digan que quienes los cuestionan es por que reciben por debajo de la mesa dinero o la vicepresidenta que ahora en sus intervenciones en público expresa respecto a varios temas “esto no se lo contarán los medios tradicionales”.

Me pregunto: ¿Estarán intentando dar algunos lineamientos de cómo informar y de qué información tienen que presentar los medios de comunicación? ¿Dónde quedó eso de las ciudadanías libres?

Les recuerdo a todos aquellos que estigmatizan a los que cuestionan el Gobierno que un medio o un periodista puede gustarles o no, pero su libertad de dar información y emitir editoriales está especialmente protegida por la normativa nacional e internacional.

El poder debe garantizar el contrapoder. Recuerdo las palabras en campaña del presidente Petro: “Acertada o no, la libertad de prensa debe ser respetada. Si gobernamos, la independencia de la prensa nos hará bien”. Pero, al parecer, esa libertad de prensa no les gusta tanto cuando están en el poder.

No nos vayamos tan lejos. Recordemos el “bullying” mediático y la campaña sucia que le hicieron a nuestro campeón Egan Bernal por cuestionar y pensar diferente al Gobierno actual: llegaron a decir que hasta estaba siendo remunerado por sus tuits y su opinión, una desfachatez total.

Píldoras para la memoria: ¿se acuerdan de que, en campaña, sacaron incluso un manifiesto por una campaña limpia de siete puntos, en el que decían que harían una campaña y un gobierno sin descalificar ni agredir a sus opositores? ¿Será que lo olvidaron? ¿O será que olvidaron cuando eran oposición y exigían respeto por medios y periodistas que eran voces incómodas para el poder?

Aquí el problema está en que parece que congresistas, líderes de opinión y personas del Gobierno se creen con licencia para mandar a callar a quienes los cuestionan. Peor aún, creen que está bien hacerlo, por lo que lo hacen sin tapujos, normalizando así la censura.

Deben entender algo, líderes de gobierno y opinión: nadie los obligó a elegir su oficio. Por ende, deben ejercer especial tolerancia y respeto a los cuestionamientos, por perturbador que les parezca. La libertad de prensa no puede ser solo para quienes aplauden al Gobierno y al partido de Gobierno.

¿O será que la línea ética que corrieron en campaña ahora la corren contra periodistas?