Piedra de Rosetta, uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la historia
La Piedra de Rosetta ayudó a resolver el enigma de los jeroglíficos egipcios. Un tema apasionante, marcado por el azar.
Hace 200 años, la piedra de Rosetta ayudó a resolver el enigma de los jeroglíficos. El azar fue el protagonista de esta especie de policial arqueológico.
Fueron soldados franceses los que sacaron una sencilla losa de piedra de entre los escombros de un muro de demolición en Rosetta, ciudad portuaria del delta del Nilo, el 19 de julio de 1799. Tres bloques de escritura están tallados en su superficie. Ninguno de los hombres que participan en la campaña egipcia de Napoleón (1798-1801) y se preparan para luchar contra las tropas del Imperio Otomano tiene idea del tesoro que tienen en sus manos. Pero pronto la noticia se extendería como pólvora.
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La lápida hecha de una roca ígnea parecida al granito, de sólo 112 centímetros de alto y 75,7 de ancho, resultó ser un fragmento de una estela antigua mucho mayor.
Pero ¿qué significan los tres textos? ¿Son mensajes idénticos en diferentes idiomas y escrituras? Electrizados por el misterioso hallazgo, investigadores de toda Europa comenzaron a descifrar los escritos. El francés Silvestre de Sacy comparó por primera vez las partes demótica y griega del texto. En 1802, el sueco Johan David Åkerblad consiguió leer los nombres demóticos, dando así continuidad al trabajo de Sacy. La polímata británico Thomas Young, por su parte, intentó resolver el rompecabezas de las escrituras de forma matemática, pero no entendió la compleja gramática de la antigua escritura egipcia.
Escritura jeroglífica en lengua copta
Fue Jean-François Champollion (1790-1832), un lingüista francés, quien finalmente descubrió que los signos de la escritura demótica representan sílabas, mientras que los jeroglíficos ptolomeicos reflejan a su vez sonidos de la lengua copta. “Esto le permitió demostrar que la lengua copta estaba detrás de la escritura jeroglífica”, afirma a DW el egiptólogo de Hannover Christian Loeben. “Así es como descifraron los jeroglíficos”.
Los jeroglíficos egipcios -una escritura pictórica que utiliza figuras humanas, animales y objetos- se utilizaron desde el año 3000 hasta el 400 d.C., aproximadamente. Poco después, nadie podía leerlos. Pero ¿cuál fue origen de la Piedra de Rosetta?
Los jeroglíficos reflejan los sonidos de la lengua copta
Los científicos suponen que la estela se fabricó hacia el año 196 a.C. en la época ptolomeica (entre el 323 y el 30 a.C.). Desde la muerte de Ptolomeo IV, el gobierno de la dinastía ptolomeica se vio amenazado por las luchas de poder. Cuando estalló una revuelta en el 204 a.C., se exigió lealtad al faraón. Así, en el año 196 a.C., un sínodo egipcio de sacerdotes formuló el llamado “Decreto de Menfis”. Estaba escrito de tal forma que tres grupos de población podían leerlo: para los sacerdotes, como palabras de Dios en jeroglífico, para los funcionarios, en egipcio, en letra demótica, y para los gobernantes griegos de Egipto, en griego antiguo en mayúsculas. Como esta, debían erigirse estelas idénticas en todos los templos de Egipto.
Con la ayuda de la Piedra de Rosetta, Jean-François Champollion creó un alfabeto de jeroglíficos fonéticos. Otros estudiosos pudieron utilizarla para traducir la inscripción por completo. “Gracias a la piedra de Rosetta, Champollion pudo descifrar los jeroglíficos. Eso devolvió la voz a los egipcios”, dice Loeben, que dirige el Departamento de Egipto del Museo Kestner de Hannover. “Al mismo tiempo, marcó el nacimiento de la egiptología”.
Exposición en Londres y Alemania
A día de hoy, la Piedra de Rosetta se considera uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la historia. Su importancia es enorme, y no sólo para la ciencia. ¿A quién pertenece el artefacto que llegó a Inglaterra en la época colonial? “La piedra pertenece a la Humanidad, esté donde esté”, dice el egiptólogo alemán Loeben.
Ahora, Loeben está preparando una gran exposición sobre la Piedra de Rosetta para el Museo Roemer y Pelizaeus de Hildesheim.