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Impuesto a bebidas azucaradas pondría en riesgo a pequeñas empresas del sector

El artículo aprobado en el Congreso establece un cobro gradual por gramo de azúcar.

Impuesto a bebidas azucaradas pondría en riesgo a pequeñas empresas del sector

En el Congreso de la República se busca zanjar el eterno debate sobre las bebidas azucaradas y el impuesto para desincentivar el consumo. La propuesta aprobada establece un cobro progresivo por gramos de azúcar por cada 100ml.

  • Bebidas con menos de 6gr de azúcar no pagarán impuestos hasta 2025.
  • Bebidas con 6gr o más de azúcar pagarán $18 en 2023 y $28 en 2024.
  • Bebidas con 10gr o más de azúcar pagarán $35 en 2023 y $55 en 2024.

Pero nadie se ha preguntado porque este impuesto se presenta en valores específicos en vez de gravar mediante porcentajes o ad valorem.

¿Qué pasaría si el impuesto se cobra con valor específico y no por porcentaje?

Las grandes empresas pueden asumir este impuesto sin subir sus precios en el mercado por el margen que manejan.

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A las pequeñas empresas, como la tradicional Sol en Girardot, o Glacial en el Tolima, les tocaría subir de precio para poder soportar el gravamen. Este incremento de precios haría que estas pequeñas empresas compitan directamente con las grandes del mercado, perdiendo así una representación del 30% del mercado direccionado a personas de escasos recursos.

Algo similar ocurrió en México, donde se aprobó el impuesto por valor específico, causando que Big Cola cerrara 3 plantas, despidiera a más de 1000 empleados en ese país y se protegiera indirectamente a las empresas líderes del sector.

¿Qué pasaría con el consumidor si el impuesto se paga por valor específico?

El consumidor sería el directamente afectado, pagando el mismo valor de impuestos en productos de precios muy distintos.

¿Qué pasa con el Estado si el impuesto se cobra por valor específico?

Sorprende que el Ministerio de Hacienda propusiera cobrar el impuesto por gramaje, ya que estaría recaudando menos dinero que al hacerlo mediante porcentajes.

Lo anterior ya que, si la industria crece y los precios de los productos aumentan, el precio por gramo de azúcar sería siempre el mismo. En cambio, al cobrar los impuestos ad valorem, el impuesto que recauda el Estado crece de la mano con la industria.