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JEP: Sor Teresa Gómez relató el despojo entre Castaño y empresarios de la palma

En su testimonio ante la JEP, la cuñada de los Castaño además reafirmó que a nadie se le obligaba a vender sus tierras. De forma polémica negó haber hecho parte como tal de las AUC, y se definió como una “gestora social”.

Sor Teresa Gómez y Vicente Castaño.

Sor Teresa Gómez, conocida como la ‘cuñada’ de los hermanos Castaño, en su testimonio ante la JEP por la violencia en Urabá, señaló que ella nunca hizo parte de las Autodefensas, y solamente era una persona que realizaba trabajo social con el apoyo de los Castaño pero sin meterse en sus negocios y las decisiones del grupo armado.

Lo anterior, al ser cuestionada por la magistrada Nadiezhda Henríquez, sobre por qué se desvincula de lleno en las acciones violentas de las AUC, cuando en otras instancias en la justicia ordinaria sí reconoció su calidad de integrante paramilitar.

“En todos los juicios que me han dado, yo no hice parte activa de las Autodefensas, yo no sé de donde sacaron que yo iba a decir que yo hacía parte de las Autodefensas, en ningún momento. Yo no fui parte del grupo armado, jamás. Yo trabajé con los hermanos Castaño, que eran platas ilegales, que eran paramilitares, sí” sostuvo ante la JEP.

Es más, afirmó que su desmovilización con el Bloque Elmer Cárdenas de las Autodefensas se dio por sugerencia de Vicente Castaño, quien le dijo que se desmovilizara con ellos porque podría tener problemas legales más adelante por su relación con los Castaño. Además, dijo que el alto comisionado para la Paz de la época estuvo de acuerdo con ello.

“Vicente me dijo, negra usted ha trabajado mucho con nosotros, usted va a tener problemas, yo le dije ¿yo por qué me voy a desmovilizar? si yo no soy paramilitar, y me dijo, pero has trabajado con nosotros. Se averiguó con el alto comisionado y dijo: es mejor que se desmovilice. Me desmovilicé como trabajadora social” dijo Gómez en la JEP.

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En su participación como testigo, la cuñada de los Castaño también se refirió al apropiamiento de tierras por parte de empresarios en la zona de Pavarandó (Chocó) para la siembra de palma, tras pedir permiso y llegar a un acuerdo con Vicente Castaño, quien autorizó la compra de los predios en un modelo similar al del Fondo Ganadero de Córdoba, y en el que la empresa Urapalma tuvo un papel fundamental así como participación de “comisionistas” paramilitares.

“Eso era una sociedad, donde Vicente fue una gente desde Santa Marta, le propusieron ese negocio de hacer un cultivo de palma africana (...) Vicente entró, era una sociedad, incluso la primera plata (600 millones) que me dieron a mí para pagar esa tierra era del señor Ítalo (que sería Ítalo Cianci)” narró Sor Teresa.

Entre los nombres que Gómez mencionó ante la JEP se encuentran los de Ítalo, Katia Sánchez, Luis Riascos, Javier Daza Pretelt, Carlos Merlano, Jairo Alonso (socios de Urapalma) como los comerciantes de palma y banano, que con la venia de Castaño y la gestión de Sor Teresa, compraron las tierras a los campesinos que habían sido previamente despojadas por los mismos “paras”.

“Yo le entregué la relación al doctor Javier Daza y hasta ahí llegó mi labor con Urapalma, porque Urapalma era una empresa de socios, incluso tenían en Bajirá una oficinita (...) Se pagaba en efectivo, el financista de Vicente le decía necesitamos tanta plata que nos la ponga, y llegaba en camiones la plata en efectivo a Santa Catalina” narró.

De acuerdo con el testimonio de Sor Teresa, la legalización de las tierras de campesinos, en los distintos casos de despojos (además de Pavarandó), en que los labriegos amenazados no contaban con papeles, se llevó a cabo con el Incora en Quibdó, con la participación directa de unos señores “Jorge Antonio” y “José Luis”.

“Lo que más se puede asombrar usted es que el Incora de Quibdó adjudicaba esas tierras, porque esas tierras eran baldías, ellos no tenían papeles, y allá las adjudicaba el Incora de Quibdó de una manera sorprendente, y eran Jorge Antonio y ese muchacho José Luis, eran los encargados de la legalización de esa tierra (...) era una reserva de negritudes, ¿cómo el Incora del Chocó le da la licencia a Urapalma?, eso no lo sé, pero lo exigía el Banco Agrario para dar los créditos” manifestó Gómez.

Así como dijo en relación con el Fondo Ganadero, en el caso de Urapalma también fue enfática en, según lo que asegura, que a nadie se le obligó a vender por medio de la violencia. Y, dijo que la plata la entregaban a los campesinos en compañía de alias “Palillo”, frecuentemente en las oficinas de Urapalma.

La cuñada de los Castaño también afirmó que nunca conoció laboratorios de narcotráfico en las propiedades de esos hermanos paramilitares, también dijo que no conoció nada de los negocios de los Castaño con la droga.