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Tras 7 años y $2 billones invertidos, solo se terminaron 3 arroyos en Barranquilla

Pese a que durante la Alcaldía de Alejandro Char en 2016 se canalizarían 7 arroyos, 6 años después solo 3 cuentan con actas de terminación.

Arroyo de la 21 en Barranquilla. (Colprensa - Rafael Polo). / Photographer:RAFAEL POLO A

Investigaciones de La W evidenciaron la compleja situación que envuelve a las obras correspondientes a la canalización de los principales arroyos de la ciudad, un programa bandera en las administraciones anteriores y que se creía, había acabado con las problemáticas relacionadas con los fuertes caudales de agua en las calles de Barranquilla que provocan emergencias en temporadas de lluvias.

Pese a que se había anunciado que las obras habían concluido y que la problemática de los arroyos en la capital del Atlántico estaba superada, incluso en el último año se han reportado vehículos arrastrados y damnificados por cuenta de las fuertes corrientes de agua.

En contexto:

Es así como, a través de la recopilación de la totalidad de la documentación contractual relacionada con la canalización de los cuerpos hídricos, este medio conoció que de las 7 construcciones anunciadas por la Alcaldía de Barranquilla durante el periodo 2016-2019, solo 3 cuentan con actas de terminación y entrega a satisfacción.

Las obras se realizaron después de que el Concejo Distrital autorizara un cupo de endeudamiento para la vigencia de 2016, por el orden de $622.000 millones específicamente para las 7 construcciones.

Las mismas obras fueron incluidas en un Certificado de Disponibilidad Presupuestal emitido para ese año.

Sin embargo, de la totalidad antes mencionada, una de las canalizaciones nunca tuvo licitación, 3 tienen acta de suspensión y uno de los 3 que se terminaron, se ejecutó con recursos del año siguiente 2017.

De esta manera, solo se utilizaron cerca de 508.000 millones de pesos en los contratos, sin que hasta la fecha se conozca la destinación de los más de $100 mil millones restantes.

Asimismo, se conoció que por la modalidad utilizada denominada “crédito a proveedor”, solo se permitió la participación en la licitación de contratistas con grandes músculos financieros, a los que se les acordó pagos dentro de los contratos hasta por 20 años o hasta extinguir la obligación, en intereses que costarían hasta 3 veces el valor original de las obras, con giros que la administración Distrital realizaría en cada trimestre.