Andrés*, un niño de Arauca que hoy llora a su padre
Esta es la historia de Andrés*, un niño de 15 años que tuvo abandonar su tierra, Arauca, tras el asesinato de su padre.
Andrés*, un niño de Arauca que hoy llora a su padre
En el especial ‘No hay derecho: huellas de la guerra en niños y jóvenes’ de La W escuchamos hoy la historia de Andrés*, un niño de 15 años que se vio obligado a abandonar su tierra, Arauca, tras el asesinato de su padre.
Su último recuerdo es una cadena que le regaló su progenitor.
“Esto me lo había dejado mi padre. Cuando fui a Arauca, al sepelio de él, mi mamá me lo entregó y dijo que él me la había dejado como una bendición, él la compró”, cuenta Andrés* mientras toma entre sus manos la valiosa cadena.
Especial #NoHayDerecho:
182 días han pasado desde del asesinato de su padre. Andrés*, por cosas del destino, no estaba en su casa, pero su mamá y sus dos hermanos no tuvieron la misma suerte.
“Él salió de su labor muy temprano, se fue a su casa. Como todo campesino que llega a su casa, se tomó su tinto y se sentó a ver su televisión hasta la hora del noticiero. Desafortunadamente, llegaron cuatro tipos y le dijeron que necesitaban hablar con él pero a solas. Antes de eso, los tipos le hicieron un interrogatorio de cuántas personas viven en la casa y si hay mayores de edad. Él no respondió nada de esto”, relata Andrés*.
Así, cuando estas personas le dijeron a su padre que necesitan hablar con él en solitario, Andrés* recuerda: “Él salió con mi madre, de la mano. Le hicieron una serie de preguntas afuera, en el pasillo, cuando de repente mi mamá lo soltó. Cuando reaccionó y lo tomó de nuevo de la mano, se dio cuenta de que le habían disparado en la cabeza”.
Andrés*, con 15 años, no entiende y probablemente nunca entenderá por qué mataron a su papá.
“Él era persona de finca, no se metía con nadie. Si salía del pueblo, era a buscar lo de la semana. Él no tenía ninguna amenaza”, explica.
El asesinato de su padre le dejó una cicatriz con la que tendrá que vivir el resto de su vida.
Como si fuera poco, Andrés* tuvo que salir de Saravena, el lugar que lo vio crecer, para no correr con la misma suerte:
“Las personas que estudian en Arauca y que logran terminar sus estudios e ir a la universidad son muy pocos. Si logran terminar el bachillerato, a veces no tienen los recursos para ir a una universidad, entonces lo único que piensan es en trabajar para el día a día o irse para un grupo armado”.
A pesar de haber perdido el amor de su padre, Andrés* sigue soñando. Quiere ser ingeniero, le gustan los carros, la velocidad y quiere ganarle esta carrera a la vida.
Escuche la historia de Andrés*, un niño de Arauca que hoy llora a su padre:
Andrés*, un niño de Arauca que hoy llora a su padre