La muerte de la reina Isabel II y el recuerdo de Lady Di

A inicios de la relación entre el príncipe de Gales con Diana Spencer, hija del heredero del séptimo conde Spencer; la monarca estuvo de acuerdo, ya que veía en ella las características que debía tener la esposa de su primogénito.

Lady Di, era una mujer respetada y admirada por muchas personas, ya que trabajaba en una guardería que estaba de moda en ese entonces. Su cargo era como niñera, una de las razones para que la reina no se opusiera al matrimonio, ya que le parecía un gesto simpático.

Un día antes de la boda entre Carlos y Diana, la monarca regaló a su nuera un collar que había pertenecido a la reina Mary, a quien también le obsequió una tiara de diamantes y perlas.

Sus encuentros eran especiales, llevaban una relación grata entre suegra- nuera. Diana solía visitar a la monarca en el palacio Balmoral.

Sin embargo, su estado de salud estaba deteriorando la relación que tenía con su esposo y, por ende, con su suegra, la reina Isabel II. La princesa de Gales sufría de Bulimia, enfermedad que su esposo vio como el problema central del matrimonio.

Lady Di, acudía a su suegra para comentarle los problemas que sucedían en su hogar, por lo que la reina nunca estuvo de acuerdo. Además, en diferentes momentos que se conocieron a través de medios en el que Carlos y su esposa hablaban de la situación que vivía su hogar.

Así, la relación entre las dos mujeres era contraria a como era en el inicio.

Ante el fallecimiento de Diana, el 31 de agosto de 1997, la reina Isabel decidió que la difunta princesa debía tener un funeral de Estado.

Un par de días después, la monarca accedió a hablar por televisión sobre el fallecimiento de su nuera, a quien calificó como “un ser humano excepcional” y finalmente comentó que “Nadie que conociera a Diana la olvidará jamás”