Antecedentes del encuentro entre la jefe del comando sur de EE.UU. y el MinDefensa

La general Laura Richardson, jefa del comando sur de Estados Unidos, es la mujer de más alto rango en las fuerzas militares de ese país y también la más determinante para la relación con Colombia.

El Comando Sur desde su sede en Doral, Florida, supervisa todas las operaciones militares en Latinoamérica y el Caribe, con la única excepción de México. Es la unidad más activa en la lucha contra el narcotráfico y también el escenario de lo que puede llamarse una activa diplomacia paralela entre Estados Unidos y Colombia.

El intercambio militar de los dos países es quizás el más activo del continente. Muchos militares colombianos viajan a recibir entrenamiento en bases del comando sur y al mismo tiempo militares americanos visitan Colombia dentro de programas de cooperación y entrenamiento incluyendo la Escuela de Lanceros, de Tolemaida, muy prestigiosa internacionalmente por sus cursos de operaciones especiales.

Con tanto militar yendo y viniendo, necesariamente el Comando Sur es un importante foco de información sobre lo que pasa en Colombia. Frecuentemente esos reportes no se quedan en el Doral sino que llegan a los círculos más influyentes de Washington.

La jefe del Comando Sur es la teniente general Laura Richardson quien además de la relevancia de su cargo tiene una importancia personal derivada de su excepcional carrera.

Es una piloto militar que fue a las guerras de Irak y Afganistan al comando de una división aérea de asalto y piloteando ella misma uno de los blackhawk que participó en la operación.

En esa época la imagen de la entonces teniente coronel Richardson, vistiendo su uniforme de combate, fue portada en la revista Time bajo el título “Cuando mamá va a la guerra”.

Además de sus responsabilidades militares, la general Richardson ha tenido cargos de especial cercanía con el poder político de Estados Unidos. Fue la asesora militar del vicepresidente Al Gore y la oficial de enlace entre el Pentágono, como se conoce el Departamento de Defensa, y el Capitolio, la sede del poder legislativo de Estados Unidos.

Cuando el presidente Joe Biden la nominó el año pasado para ser la jefe del Comando Sur, muchos senadores la conocían y valoraban su carrera. El Senado aprobó su llegada al Comando Sur donde dirige una fuerza que agrupa Ejército, Armada, Infantería de Marina y Guardacostas. Más de 1200 personas están bajo su mando.

En su sede del sur de la Florida, la general Laura Richardson frecuentemente recibe la visita de legisladores y especialmente de Marco Rubio, senador republicano y una de las voces más influyentes de la derecha, quien ha sido presidente del Subcomité del Hemisferio Occidental y miembro del Comité de Asignaciones que, entre otras funciones, autoriza los desembolsos para ayudas internacionales.

La general Richardson y el senador Rubio tienen una relación cordial, se tratan por el primer nombre y las familias se han hecho amigas.

Hace cuatro años Marco Rubio encabezó un movimiento de 4 senadores para frenar el desembolso de 6 millones de dólares de Estados Unidos a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), una iniciativa de las Naciones Unidas para luchar contra la corrupción en el país centroamericano. Esa comisión en ese momento estaba encabezada por el hoy ministro de defensa de Colombia, Iván Velásquez.

¿Cuál era las razón del senador Marco Rubio para pedir el bloqueo de unos recursos fundamentales para la CICIG?

Rubio acusó a la CICIG y a Iván Velásquez de haber impulsado el arresto de un disidente ruso y su familia por haber entrado con pasaportes falsos a Guatemala. Igor Bitkov, su esposa y su hija fueron capturados por el uso de esos documentos falsos que muchos consideraban un pecado venial tratándose de la protección de un perseguido por el régimen de Vladimir Putin.

En esa época el senador Rubio manifestó su preocupación porque “una comisión financiada principalmente por los Estados Unidos, haya sido manipulada e utilizada por elementos radicales y por la campaña de Rusia en contra de la familia Bitkov en Guatemala”.

Por lo demás, el senador Rubio mantiene cercana relación con dos poderosos detractores del ministro Iván Velásquez: Jimmy Morales, el cuestionado expresidente de Guatemala que logró la expulsión del comisionado Velásquez y el expresidente Álvaro Uribe quien ha intentado desprestigiar a Velásquez por sus investigaciones de la parapolítica. En su única reunión con el presidente Gustavo Petro, el expresidente Uribe manifestó su inconformidad por la presencia de Velásquez en la campaña, para ese momento aún no había sido designado como ministro de defensa.

Con seguridad las apreciaciones del senador Rubio sobre el ministro Velásquez debieron llegar al oído de la general Laura Richardson. Su reunión con el ministro de Defensa estuvo marcada por la cordialidad pero sin duda tendrán que trabajar en esa relación.

La visita de la general a Colombia terminó ayer con una reunión con el presidente Gustavo Petro en la que el jefe del Estado le habló del fracaso de la lucha antidrogas y de la necesidad de usar helicópteros militares para controlar los incendios en el Amazonas.

La general escuchó con atención.