Los tentáculos de la organización criminal ‘Tren de Aragua’ en Bogotá

Las autoridades de Bogotá atribuyeron el hallazgo de tres cadáveres con signos de violencia y tortura en una carreta, y envueltos en bolsas plásticas, a la organización criminal conocida como Tren de Aragua. Sin embargo, no es el único crimen que ha cometido en la capital del país, porque otros hechos de características similares ya están en manos de los investigadores.

¿Qué es la organización Tren de Aragua?, ¿cómo opera?, ¿cuáles son sus orígenes?, ¿quiénes la conforman?, ¿cuáles son sus actividades delincuenciales? y ¿qué tanta amenaza genera para una ciudad como Bogotá?, son los interrogantes que se hacen muchos ciudadanos atemorizados en las calles de la capital.

Tren de Aragua: el origen

Esta organización criminal, que ha extendido sus tentáculos a países como Colombia, Brasil y Perú, tuvo su origen en un sindicato que controlaba un tramo de tren que atravesaría el estado Aragua en Venezuela. Su máximo líder es Héctor Rusthenford Guerrero Flores, quien se encuentra preso en la cárcel de Tocorón.

El Tren de Aragua busca expandir su dominio en Bogotá

Desde hace varias semanas hay zozobra en la capital por el hallazgo de cuerpos embolsados y abandonados en las calles. Los responsables, según las autoridades, serían los integrantes de la organización criminal ‘El Tren de Aragua’.

Fuentes de la Fiscalía le contaron a Sigue la W cómo llegó esta organización a Bogotá. Les contamos cómo delinquen, sus objetivos, las nuevas modalidades de hurto y la disputa territorial que libran contra organizaciones delincuenciales de origen colombiano por el negocio del microtráfico.

Esta estructura, que tiene su origen en el municipio de Aragua, en el norte de Venezuela, llegó al país por la frontera con Norte de Santander y Arauca.

Si bien inicialmente se dedicó a la extorsión y tuvo una alianza fallida con la guerrilla del ELN en Santander, decidió trasladarse a Bogotá, donde se lleva fortaleciendo desde hace más de dos años.

La llegada a los territorios, incluyendo Bogotá, la han hecho generando miedo y actuando de manera violenta. Ese es el común denominador que han encontrado los investigadores en cada una de las localidades en las que hacen presencia.

Kennedy, donde encontraron los más recientes cuerpos embolsados, fue la primera localidad donde se establecieron y compartieron el negocio del microtráfico con bandas colombianas.

Sin embargo, el ambicioso negocio ilegal los motivó a fortalecer su estructura con personal extranjero y a librar una lucha contra la organización de alias ‘Camilo’, quien luego de ser capturado les dejó libre el territorio.

‘Quién no está con ellos es eliminado’, dicen investigadores de la Fiscalía que les están siguiendo el rastro. Es justamente por esto por lo que se han presentado casos de sicariato en esta localidad del suroccidente que tiene un corredor para el negocio del narcotráfico que se conecta con las localidades de Bosa, Ciudad Bolívar y el municipio de Soacha.

Poseen armas de corto y largo alcance, así como granadas que traen directamente desde Venezuela.

Las exhiben en videos cuando extorsionan a sus víctimas y algunas las utilizan para agredir principalmente en los hurtos. Con ellos, explican las mismas autoridades, ha aumentado la sevicia, la tortura y la violencia.

Su intención siempre ha sido la de expandirse. En la localidad de Suba no lograron su objetivo porque allí hace presencia la organización de ‘Los Paisas’, sin embargo si han logrado copar espacios en Usme, Chapinero, Bosa y Ciudad Bolívar, pero la localidad donde se están fortaleciendo es la localidad de Santa Fe.

Miles de millones se manejan clandestinamente en esta localidad, no solo con la venta de droga sino con la extorsión y la prostitución, actividad que también les sirve como una red de informantes. Controlan todo negocio ilegal y allí se conoció de una nueva modalidad de hurto que fue identificada por las autoridades.

Hurtan celulares, los llevan donde expertos, quiénes son enviados y protegidos por el tren de Aragua desde Venezuela y allí los desencriptan, obtienen la información más valiosa, roban claves y hacen transacciones bancarias con las cuentas hackeadas de las víctimas. Es decir no les importa el aparto sino la información allí contenida.