La W conoció la historia de <b>Manuel Germán Ramírez, un maestro mexicano que en el año 2000 fue detenido </b>por la Policía Judicial del Estado de México mientras estaba en su casa. Fue acusado del <b>supuesto asesinato </b>de una persona, que sorpresivamente está viva.En mayo del 2000 fue detenido cuando agentes de la Policía ingresaron a su domicilio y lo encañonaron.<b> Tras una confesión “armada”, fue sentenciado a una pena de 40 años por la muerte de Manuel Martínez Elizalde</b>, a quien Ramírez conocía por ser el hijo de un hombre al que su familia ayudaba económicamente.En su búsqueda de justicia, finalmente fue dejado en libertad en julio de 2021, exactamente 21 años después de ser detenido, gracias a una solicitud de una <b>ONG </b>ante la Comisión Especial de Seguimiento a la Ley de Amnistía de la Legislatura estatal.En diálogo con La W, relató los tratos a los que fue sometido. <b>Ramírez aseguró que todo ocurrió por no aceptar un delito que le querían incriminar</b>.“<b>Me torturaron, me fabricaron la confesión. Yo fui víctima, a mi me sacaron de mi casa a golpes</b>, me llevaron a un lugar que ya tenían preparado con un tambo con agua con hielo, donde me metieron esposado al techo. Me metieron los electrodos de una planta de soldar, al extremo de dejarme inconsciente y seguirme golpeando hasta perder el oído izquierdo, un daño en la columna que es irreversible, a Dios gracias yo camino”, relató el profesor Ramírez.Sobre la forma en la que terminó sometido a esas torturas, indicó: “<b>yo paso a ser un perseguido político de mi comunidad,</b> era muy joven, acababa de cumplir 22 años”.Mientras solicita las pruebas de ADN, <b>se descubrió que la supuesta víctima estaba viva</b>. El cadáver que presentaron como Manuel Martínez Elizalde no coincidía y las pruebas arrojaron que eran de estatura diferente.En prisión, se enteró que el supuesto fallecido iba en varias ocasiones a <b>Tepexpan</b>, vivía ocasionalmente en la casa que su padre compró y luego regresaba a Estados Unidos.Aunque finalmente logró la libertad, contó que su condición de salud se vio gravemente afectada. “Tengo que estar dependiendo de drogas y analgésicos, <b>¿sabe lo que me cuesta mantenerme en vida? Me torturaron durante cinco horas</b> de la manera más horripilante, era una persona que se negaba a culpase de algo que no había cometido”, relató.Finalmente se refirió al perdón y aseguró que es un asunto “difícil”, ya que carga con un estigma. “¿Quién me va a reponer estos 21 años?, perdí a mi familia, perdí mis hijos, <b>cargo con el estigma de ser expresidiario </b>gracias a la persona que se le ocurrió llevarme”, expresó.En el encabezado, escuche la entrevista completa con Manuel Germán Ramírez, profesor mexicano.