China: Taiwán se enfrenta a “consecuencias desastrosas” por errores de EE.UU.
Según medios de Estados Unidos y Taiwán, Nancy Pelosi podría aterrizar en Taipéi en una visita no anunciada
Taiwán se enfrenta a “consecuencias desastrosas” si “Estados Unidos gestiona mal la situación en el estrecho”, declaró hoy la portavoz de la Cancillería china Hua Chunying en referencia a la posible llegada esta noche a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi.
Es “difícil imaginar una acción más temeraria y provocadora” que la visita de Pelosi, aseguró Hua, que extendió la posibilidad de “consecuencias desastrosas si Estados Unidos se equivoca en su juicio” no solo para Taiwán sino para la “prosperidad y seguridad del mundo entero”.
En respuesta a las declaraciones del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, sobre el estatus “independiente” de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Hua aseveró: “Todas las agencias gubernamentales de EE.UU. han de implementar las políticas exteriores a las que se ha comprometido y reconoce su Gobierno”.
Sobre la oficialidad del posible viaje de Pelosi, la portavoz declaró que “si la tercera persona más importante en el Gobierno de Estados Unidos llega a Taiwán en un avión militar”, su visita “en ningún modo será no oficial”.
Sobre la posible visita de Pelosi a Taiwán:
Hua acusó a Washington de “vaciar de significado” la política de ‘una sola China’, a la que EE.UU. “se ha adherido verbalmente en los últimos años”, y de “violar sus compromisos de mantener únicamente contactos no oficiales con Taiwán”, a quien, además, “continúa aumentando sus ventas de armas”.
La portavoz reiteró que el “principio de una sola China”, por el cual Taiwán quedaría bajo soberanía de Pekín, es “la base sobre la que China ha establecido relaciones diplomáticas con 181 países, incluido EEUU”.
“Estados Unidos ha estado presionando deliberadamente a China en el asunto de Taiwán”, lamentó Hua, que añadió que “cualquier contramedida tomada por China frente a las acciones imprudentes estadounidenses será justificada y necesaria”.
Según medios de Estados Unidos y Taiwán, la alta funcionaria podría aterrizar esta noche en Taipéi en una visita no anunciada dentro de la gira que lleva a cabo por Asia y a la que Pekín ya advirtió de que, de producirse, responderá con contundencia.
En las últimas fechas, desde que medios estadounidenses avanzaran la posibilidad del viaje de Pelosi, representantes chinos tanto militares como civiles han avisado de posibles consecuencias del viaje de la funcionaria estadounidense.
El propio presidente chino, Xi Jinping, pidió a su homólogo estadounidense, Joe Biden, “no jugar con fuego” en la conversación telefónica que mantuvieron la semana pasada.
También en los últimos días el portavoz del Ministerio de Defensa de China Tan Kefei declaró que el Ejército chino “no se quedará de brazos cruzados” si se produce la visita.
Este martes, medios taiwaneses informaron del avistamiento de un buque destructor chino en la isla Lanyu, controlada por Taipéi y situada a 64 kilómetros de Taiwán.
Asimismo, autoridades navales chinas anunciaron el cierre al tráfico marítimo en zonas del Mar de China Meridional donde se llevarán a cabo esta semana maniobras militares.
China reclama la soberanía sobre la isla y considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.
Taiwán, con quien el país norteamericano no mantiene relaciones oficiales, es uno de los mayores motivos de conflicto entre China y EE.UU., debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con el gigante asiático.
Las tensiones han aumentado en el estrecho de Taiwán en el último año, durante el cual creció el número de incursiones de aviones chinos en la autodefinida zona de identificación aérea (ADIZ) de Taiwán y porque la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, admitió que Estados Unidos cuenta con presencia militar en la isla, algo que Pekín calificó de “provocación”.