Continúan las denuncias por restricciones para visitantes al Cementerio Central
Luz Amanda Camacho, directora de la UAESP, advirtió en La W que no se trata de una restricción a los visitantes sino de un acompañamiento. Responde Magdalena Sánchez, quien denuncia irregularidades.
Bogotá
En diálogo con La W, la directora de la UAESP en Bogotá, Luz Amanda Camacho, respondió a las denuncias por parte de familiares de personas fallecidas que fueron enterradas en el Cementerio Central y no han podido ser visitadas debido a los controles que tiene el Distrito.
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“Los arreglos fueron terminados en dos semanas, no hay restricción para los ciudadanos que quieren ver a sus familiares, lo que pasa es que muchos se recienten que al llegar tienen que registrarse (…) hay es un acompañamiento de la administración porque allí en esos espacios hay jarrones de bronce, letras en metal. Lamentablemente hay interesados en llevarse este tipo de materiales, por eso deben registrarse a la entrada y los acompaña una persona del cementerio, no quiere decir que no puedan estar separados de ellos”, advirtió.
Dejando claro que “ellos vigilan el sector precisamente por las fallas y el robo de materiales de los mismos dolientes y familiares de los difuntos, es un acceso controlado. Las flores y las velas están prohibidos hace tiempo, esa no es una prohibición nuestra. Los 5 minutos es porque llega mucha gente, pero eso no tiene porqué interferir en que la gente visite sus muertos, no es un acompañamiento que invade, no es nadie al lado suyo.”
Por eso, agregó: “no podemos decir esta persona si y esta persona no, por eso todos entran y es controlado (…) no es nadie pegado a usted tratando de obstaculizar.”
Sin embargo, Magdalena Sánchez, una de las personas afectadas con esta decisión, dijo que “esto viene pasando hace 4 años, mi papá se murió en el 2016 y después vino la pandemia (…) ya sé que no puedo levar flores, pero quiero ir a verlo y la persona está detrás de uno viendo si me voy a robar algo, es una persona que acompaña a todas las personas, yo fui con mi marido y tuve que entrar yo primero, y después mi esposo. Realmente es indignante.”