La frontera nunca más se puede volver a cerrar: Carlos Luna, del Comité Intergremial

Colombia

En diálogo con W Fin de Semana, Carlos Luna, presidente del Comité Intergremial de Norte de Santander, hizo un análisis sobre las primeras acciones, adoptadas por el gobierno entrante del presidente electo Gustavo Petro, encaminadas hacia la normalización gradual de las relaciones binacionales entre Colombia y Venezuela una vez se instale en el cargo el próximo 7 de agosto.

El pasado jueves 28 de julio, el anuncio hecho por el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Carlos Faría, y el canciller designado por Petro, Álvaro Leyva, fue la prueba de que la reapertura de relaciones entre ambos países avanza más rápido de lo previsto: ambos funcionarios confirmaron que se restablecerán las relaciones diplomáticas en todos los niveles, con un “inmediato” nombramiento de embajadores.

Sobre las pérdidas comerciales que se han registrado por este congelamiento de relaciones binacionales, Luna aseguró que son “incalculables”. Agregó que, más allá de la parte económica, millones de personas se vieron obligadas a cruzar entre ambos países por ríos y trochas, por lo que también hubo daño social y humano.

Así lo relató: “Hace siete años no pasan vehículos por los puentes internacionales, cuando históricamente pasaban alrededor de 30.000 por el puente Simón Bolívar y 15.000 por el puente Francisco de Paula Santander (…) el impacto económico es gigante, pero además de eso hay temas culturales, sociales y familiares en una frontera que es la más viva de Venezuela”.

Por ese motivo, el presidente del Comité Intergremial aseguró que la expectativa de lo que suceda a partir del 7 de agosto es positiva en la región.

“Que podamos tener nuestra frontera como la hemos conocido históricamente”, aseguró Luna.

Para lograr una transición organizada en materia de movilidad, lucha contra el contrabando e importaciones y exportaciones, Luna contó que los gremios han trabajado desde hace dos años en varias propuestas.

Entre estas propuestas, se tiene contemplada la imposición de un pico y placa fronterizo, un control de acceso al interior del departamento de Norte de Santander, un SOAT por día para cumplir con la normatividad de tránsito y la homologación de la revisión técnico-mecánica que se realiza en Táchira.

En cuanto a la recuperación económica que traería el restablecimiento de relaciones, Luna estimó: “Según datos de la Cámara Colombo-Venezolana, hasta el momento el intercambio va en 250 millones de dólares. Se estima que al finalizar el año alcance 600 millones de dólares y esperamos que, un año después, pueda llegar a 1.500 o 1.600 millones de dólares”.

Luna precisó que estas cifras corresponden en la balanza comercial, pero agregó que “el intercambio fronterizo que no tiene cifras también es muy grande y es el que beneficia realmente a los habitantes de la frontera porque genera empleo, reduce informalidad y reduce índices de inseguridad”.

“Lo que sucedió aquí, ni el país o el mundo lo han dimensionado (…) esperemos que esto nunca vuelva a pasar. Creo que el mensaje es que la frontera nunca más se puede volver a cerrar, por más de que haya diferencias políticas, de modelos económicos o diplomáticas”, sentenció Luna.

Cabe señalar que el cierre de la frontera, que comenzó en agosto de 2015 e implicó la ruptura de relaciones entre los dos países cuatro años después, derivó en la creación de pasos fronterizos ilegales por donde circulan negocios y actividades ilícitas como el narcotráfico y la trata de personas.

Escuche la entrevista a Carlos Luna, presidente del Comité Intergremial de Norte de Santander, en W Fin de Semana: