De reclutado de las Farc a soldado: la historia de una víctima del conflicto armado
Desde sus 13 años y por cinco años estuvo en las filas de las Farc. Se logró escapar en la operación Berlín.
Operación Berlín /Colprensa - German Arenas
A sus 13 años, por obligación y sin otra opción, Carlos*, así se llamará para proteger su identidad, fue reclutado por el frente séptimo de las Farc en San José de Guaviare. Duró cinco años en el que, en vez de jugar con carros, sus juguetes eran las armas.
“Había un hermano mayor y era el que veía por nosotros, era enfermo, tenía una enfermedad en la columna, en ese entonces era obligatorio que alguien de la familia pusiera la cuota para incorporarse en las organizaciones, si no se ponía la cuota debía salir de la región, y yo era la única persona que estaba con las condiciones y decidí meterme a esta organización, y fui llevado a los campamentos”.
Allí, le enseñaron a pelear con el Ejército y Policía. Según contó Carlos, eran 300 personas en un campamento, de los cuales, 200 eran menores de edad, quienes fueron sometidos a entrenamientos muy crueles siendo niños.
“Entrenamientos de cómo se enfrenta al enemigo, que en ese entonces era la Policía y Ejército, cosas que uno no está enseñado cuando era niño; era muy duro, pero nos tocaba cumplir, era disparar armas, cómo atacar una base militar, cómo manejar explosivos, una estación de policías. Los niños que se rehusaban recibían un castigo, los sancionaba, se enfermaban, trataban de desertarse, pero como eso es una montaña, hay mucha milicia al intentar desertar, los cogían y los fusilaban delante de todos para que nosotros cogiéramos miedo, e hiciéramos caso, ese era el castigo”.
Carlos, quien hoy tiene 38 años, contó que fue un sobreviviente de la operación Berlín. Luego de siete meses caminando logró ser prófugo de la guerrilla de las Farc.
Relató que en los cinco años que estuvo en las Farc estuvo en muchos combates, pero no le tocó asesinar a nadie, ya que para eso habían otros comandantes encargados.
Desde que logró salirse de las filas de las Farc, Carlos se convirtió en oficial del Ejército. Desde hace 20 años vive en Santander, tiene dos hijos y le quedan dos años para pensionarse.
