Protestas tras muerte de un afroestadounidense a tiros de la policía en EE.UU.
Las fuerzas de seguridad afirman haber encontrado un arma en el coche abandonado por el joven.
La muerte del afroestadounidense Jayland Walker, de 25 años, a tiros de la policía en Akron provocó manifestaciones este viernes en esta ciudad cercana a Cleveland, en el norte de Estados Unidos.
El joven murió el lunes mientras huía a pie de la policía, que antes lo persiguió en coche al no haber logrado detenerlo por una infracción de tráfico.
En un comunicado, la policía de la ciudad dijo que el conductor disparó a los agentes cuando lo perseguían.
“Las acciones del sospechoso hicieron que los oficiales percibieran una amenaza letal contra ellos” y “dispararon con sus armas, matándolo”.
Las fuerzas de seguridad afirman haber encontrado un arma en el coche abandonado por el joven.
Los policías implicados en su muerte se hallan bajo suspensión administrativa a la espera de que concluya la investigación judicial.
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También se ha abierto una investigación interna, según la policía, que deberá hacer públicas en los próximos días las grabaciones de las cámaras portátiles que llevaban consigo los agentes.
La policía no dio detalles del tiroteo, pero, según la prensa local, ocho agentes dispararon más de 90 balas contra Jayland Walker.
“Lo alcanzaron 60 veces”, dijo en Twitter la organización Black Lives Matter.
La familia de Jayland Walker reclamó este jueves una explicación a las autoridades, pidiendo en rueda de prensa que las manifestaciones sigan siendo pacíficas.
Los manifestantes protestan desde el miércoles frente al ayuntamiento y la comisaría en Akron, conocida por ser la ciudad natal del jugador de baloncesto LeBron James.
“Él no era un monstruo, nunca cometió un crimen en su vida”, dijo a los periodistas el abogado de la familia, Bobby DiCello.
“Jayland era un buen chico, nunca causó problemas”, comentó su tía Lajuana Walker-Dawkins.
El ayuntamiento decidió el jueves cancelar un festival anual previsto para el fin de semana por la fiesta nacional de Estados Unidos, el lunes 4 de julio, porque no lo considera “un momento para fiestas”.