La accidentada historia de la auditoría internacional a las elecciones pedida por el Consejo Nacional Electoral
El tema se enredó en manos del presidente del CNE, pero también tuvieron que ver el Gobierno y la Procuraduría.
La accidentada historia de la auditoría internacional a las elecciones pedida por el Consejo Nacional Electoral
10:03
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://www.wradio.com.co/embed/audio/367/1653484268_746_cut/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
En las últimas horas se ha dicho insistentemente que no habrá auditoría al software de las elecciones en Colombia. La verdad es un poco diferente
Colombia
En las últimas horas se ha dicho insistentemente que no habrá auditoria al software de las elecciones en Colombia.
Pero la verdad es un poco diferente:
- Sí existe una auditoría contratada de tiempo atrás por la Registraduría Nacional del Estado Civil.
- El llamado software de las elecciones no es uno solo, sino siete. Aquí les contaremos cuáles son y para qué sirve cada uno.
- Lo que no habrá es una auditoría internacional que había pedido el Consejo Nacional Electoral (CNE) como una garantía adicional para ciudadanos y candidatos.
Vamos por partes. Actualmente, la Registraduría Nacional tiene un contrato vigente con la firma JAVH McGregor.
Así van las elecciones de 2022:
- Duque hace un llamado a autoridades electorales para que se haga la contratación de auditoría externa
- “Estoy dialogando con quienes no son parte de la politiquería”: la carta de Rodolfo Hernández sobre su inasistencia a debates
- “Sería lógico que los partidos, a estas alturas, designaran a sus propios auditores”: exregistrador
Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) había pedido una auditoría internacional para que la firma contratada le respondiera al CNE y no a la Registraduría.
Esperaban así tener una garantía adicional sobre la independencia de los peritazgos que deben hacerse antes, durante y después de las elecciones.
Como les contábamos, el software electoral no es uno, sino son siete:
- El de elección de jurados, proceso a cargo de la empresa Disproel.
- El de transmisión, que se encarga de enviar los resultados de los puestos de votación a 12 centros de preconteo. Ese proceso también está a cargo de Disproel
- El programa de preconteo, propiamente dicho, que se encarga de recibir la información de esos centros y agruparla. Un programa también a cargo de Disproel.
- El programa ICR E14 de delegados, que se encarga de escanear en campo y transmitir los formularios que llenan los jurados. La empresa encargada de esto es nuevamente Disproel
- El programa de escrutinio auxiliar, municipal y departamental, que es especialmente útil para las elecciones locales pero que también funciona como respaldo del nacional. A cargo de Disproel.
- Es un software de escrutinio nacional que opera el CNE y fue vendido por la empresa Indra.
- Es el programa de consolidación y divulgación que centraliza la información que la Registraduría empieza a entregar inmediatamente después del cierre de las urnas de votación. Ese software es operado por Indra.
Después de la controversia por las elecciones de Congreso, el CNE, que tiene un gran nombre, pero un presupuesto chico, le pidió recursos al Gobierno Nacional para contratar la auditoría internacional a toda la cadena informática que les acabo de contar.
El CNE había pedido desde comienzos de abril la plata. El Gobierno, digámoslo más claro, los ministros del Interior, Daniel Palacios y de Hacienda, José Manuel Restrepo, procedieron con pasmosa lentitud a pesar de lo sensible del tema. La aprobación vino a producirse apenas el lunes 2 de mayo.
El magistrado Luis Guillermo Pérez dejó constancia escrita de su preocupación por la demora.
El 17 de mayo, por fin, le ofrecieron el contrato de auditoría a la firma alemana Dermalog, que pertenece en parte al Gobierno de ese país.
Unas excusas se han hecho públicas, pero la verdad es que los alemanes no quisieron meterse en el proceso electoral colombiano por riesgo reputacional.
Con dos expresidentes de la República hablando de fraude, sin ninguna prueba, pero también sin respuesta alguna del Gobierno, Dermalog consideró que el trabajo podría poner en riesgo el prestigio de la compañía y declinaron el contrato diciendo que no tenían suficiente personal que hablara español.
La palabra en alemán es “vorwand” y significa “pretexto”.
Pero ahí no se detuvo la carrera de obstáculos. Dos días después, el 19 de mayo, la Procuraduría envió una carta de 12 páginas con 68 preguntas sobre la contratación de la auditoría internacional. La carta “recomienda que no se perfeccione el contrato hasta tanto no se brinden las explicaciones y aclaraciones requeridas mediante el presente oficio”.
El 21 de mayo, a las 11 de la noche, cuando finalmente resolvieron las 68 preguntas de la Procuraduría (que era como una pequeña tesis de grado), le ofrecieron el contrato de auditoría a la empresa costarricense Datasys Group.
Los ticos se movieron rápido: mandaron 15 personas a Colombia, pero a partir de ese momento empezó para ellos un viacrucis de papeleo en el que seguían hasta hace 24 horas.
Y para completar, también ayer en la mañana, la Procuraduría envió una nueva carta preguntando cuál era la diferencia entre esta auditoría y la que ya prestaba JAVH McGregor.
Y ahí se acabó el tema. El presidente del Consejo Electoral, César Abreo, decidió que no habrá auditoría.
Las elecciones son este domingo 29 de mayo. Como periodista, he vivido nueve elecciones presidenciales y estas son quizás las más complejas que me han tocado.