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La teoría de supuestas “manzanas podridas” no es aceptable: Procuraduría sobre falsos positivos

El procurador Jairo Acosta pidió que se investigue el papel de encubrimiento de esos crímenes desde la Justicia Penal Militar, la Fiscalía y la misma Procuraduría.

Procurador delegado ante la JEP Jairo Acosta. Foto: Cortesía JEP

Procurador delegado ante la JEP Jairo Acosta. Foto: Cortesía JEP

Durante la audiencia de este martes sobre observaciones de las víctimas de falsos positivos ante la Jurisdicción Especial para la Paz, el procurador delegado ante la JEP Jairo Acosta hizo un duro llamado a los altos mandos que dirigieron brigadas y batallones en el Huila a entregar mayor verdad, so pena de que se revise si están cumpliendo con sus obligaciones ante el Sistema Transicional.

De acuerdo con el delegado del ministerio público, es inaceptable que se hable de un desconocimiento total de lo que estaba pasando y mucho más que se argumente la teoría de las “manzanas podridas”.

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“Es importante que se evalúe si tal postura resulta concordante con las obligaciones que se derivan de la competencia ante la JEP. Además, mediante sus declaraciones han señalado los delitos investigados como hechos aislados atribuibles supuestamente a manzanas podridas dentro del Ejército Nacional, tales afirmaciones no pueden ser admitidas por la jurisdicción, pues desconocen el ordenamiento jurídico” sentenció.

Asimismo, para el procurador delegado, efectivamente se presentó un patrón de ejecuciones extrajudiciales que fue perpetrado por integrantes de batallones de la Novena Brigada del Ejército entre 2005 y 2008, el cual fue producto de presiones e incentivos que salieron desde el mismo comando del Ejército a nivel nacional, directrices cuestionadas y mandos territoriales.

“Esa estrategia que se describe estuvo caracterizada por la implementación de presiones por la producción de bajas en combate provenientes desde el Comando del Ejército Nacional, del comando de la Novena Brigada y los Batallones Pigoanza y Magdalena” afirmó.

Adicionalmente, desde el ministerio público se detalló que el patrón criminal de esos crímenes de guerra se dividió en dos: la ubicación de víctimas en la misma zona y el uso de reclutadores, a quienes precisamente pidieron identificar.

Pero el procurador Acosta fue más allá y solicitó que se investigue el papel de “encubrimiento” que jugaron la Justicia Penal Militar, la Fiscalía y la Procuraduría en los patrones de consumación de los falsos positivos.

“Debido a que de conformidad con la información disponible existieron importantes deficiencias en el desarrollo de las causas penales y disciplinarias orientadas al esclarecimiento de las bajas cuestionadas ocurridas en el departamento del Huila”, señaló.

Asimismo, resaltó que la sociedad colombiana en la actualidad es una sociedad que “cree cada vez menos” en que esos graves crímenes no ocurrieron, como aún defienden algunos sectores.

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