Convertir basura en hospitales y edificios: la técnica de reciclaje de una empresa en Taiwán
Sigue La W conoció el caso de una empresa que trata de brindar una solución ante las cifras récord de basura que se producen en Taiwán.
Discarded used water bottles in recycling bin. The lids can be recycled as well if reattached to the water bottle. Photo: Getty Images. / Peter Dazeley
Desde Taiwán, una empresa llamada Miniwiz brinda una alternativa al problema de la producción acelerada de basuras. Se trata de una compañía que trata de construir salas de hospitales y edificios a partir de la basura.
Su iniciativa surgió después de ver los efectos de las basuras en el planeta. Justamente solo en 2021, el mundo produjo un récord de 2.2 billones de toneladas de basura y para 2050, se estima que esa cifra se duplique.
Arthur Huang, director general y fundador de Miniwiz, habló en Sigue La W sobre la forma en la que convierten la basura en construcciones. Con máquinas y una tecnología especializada, transforman los desechos en materiales útiles.
“En pandemia convertimos la basura en salas de hospitales. Es muy simple. Podemos construir casas, centros comerciales, tiendas. La transición de este proceso es lo más importante”, contó Huang.
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Sobre la transición, indicó que se realiza en un proceso denominado como upcycling, que se trata en convertir algo que tiene poco valor en algo positivo para la sociedad y el medioambiente, así como de larga duración.
“Es la ampliación de la vida útil del producto. Una botella de plástico es útil hasta que uno consuma lo que está adentro. Ellos convierten eso en, por ejemplo, un museo, que puede durar 50 años o más”, reveló el empresario.
En cuanto al procesamiento de materiales, contó: “no importa qué material sea, solo hay que procesarlo para que sea útil de nuevo. Si miramos basura como el plástico, hay varios tipos y hay que saber cuál es cuál, pero es más fácil de lo que uno pensaría. Solo se necesita a una persona que sepa eso”.
A propósito de las estrategias del reciclaje en el mundo, contó que en la mayoría de los países que ha visitado no funciona. “Es una política, pero no hay incentivos, incluyendo Europa. Los lugares de mayor reciclaje son Taiwán, Japón y Alemania”, dijo.
