Seis preguntas sobre la matanza del Putumayo para el general Eduardo Enrique Zapateiro
Los periodistas de Vorágine, El Espectador y Cambio que fueron a la zona le preguntan al comandante del Ejército Nacional, general Eduardo Enrique Zapateiro.
Colombia
Ayer, domingo 10 de abril, me comuniqué con el señor general Eduardo Enrique Zapateiro, comandante del Ejército Nacional. Le pedí que aceptara una cordial invitación para estar hoy aquí en La W y hablar sobre la muerte de 11 personas, a manos de militares, en una vereda del Putumayo.
Mi interés en entrevistar al alto mando obedece a la cantidad de evidencias que parecen contradecir la versión oficial sobre estos sangrientos hechos.
Esas evidencias fueron publicadas por seis periodistas de tres medios de comunicación distintos que no se resignaron a transmitir acríticamente la versión oficial, ni a convertirse en voceros de esa versión.
Sobre la operación militar en Putumayo:
- “Había una intención de disfrazar la escena”: periodista Alfredo Molano sobre operativo militar en Putumayo
- “Era una persona muy humilde, se dedicaba al campo”: hermana de fallecido en operación militar en Putumayo
- Exclusiva: la invitación al bazar que habría recibido la comunidad donde ocurrió la operación militar en Putumayo
- Como una “operación Legítima” calificó el MinDefensa los hechos registrados en Putumayo
Ante la cantidad de elementos que era necesario recopilar en el terreno, decidieron dejar a un lado la competencia y juntarse como si fuera un solo equipo, una unidad investigativa, para entregarle a los ciudadanos la información más completa posible.
Los reporteros que optaron por la alianza investigativa, rara vez vista en un oficio tan competido como el nuestro, son: Valentina Parada y Mauricio Alvarado de El Espectador, José Guarnizo y Bibiana Bello de Vorágine, junto con Guillermo Gómez y Alfredo Molano de Cambio.
El trabajo conjunto arroja muchas luces sobre lo que pasó en la vereda el remanso del Putumayo y también deja grandes preguntas que el señor general Zapateiro amablemente declinó responder. Me dijo que las investigaciones le darán la razón al Ejército y que espera presentar muy pronto los resultados de esas investigaciones.
El Ejército ha sostenido que las once personas muertas, entre las cuales hay un menor y una mujer embarazada, eran miembros de las disidencias ‘Comandos de la Frontera’ que enfrentaron a los militares.
Sin embargo, los muertos son once, los heridos cuatro y el Ejército reporta que solamente incautaron seis armas. ¿Quince personas dispararon contra la tropa, pero solo tenían seis armas? Y aquí surge la primera pregunta de los periodistas que estuvieron en el terreno.
- “Mi nombre es Alfredo Molano y soy periodista de la revista Cambio. General Zapateiro, ustedes sostienen que las 11 personas muertas eran de las disidencias de las Farc, pero hasta la Defensoría del Pueblo ha reconocido a varios civiles (un gobernador indígena, el presidente de la junta de acción comunal y su esposa, una mujer embarazada). Exactamente, ¿qué pruebas tiene el Ejército de que todos integraban el grupo armado?”.
Otro asunto que deja grandes dudas es la independencia de la Fiscalía en la investigación que adelanta sobre estos hechos. Hay videos que muestran abrazos de los fiscales y técnicos judiciales con mandos militares. Los investigadores se mueven en helicópteros militares y de la mano de los eventuales investigados.
Otro video captado por un habitante con un teléfono celular muestra a un agente del CTI, poniéndose un casco militar. Por cierto, ese funcionario se muestra insensible ante el llanto de una madre que le pide ver el cadáver de su hija.
Además, pasaron muchas horas antes de que se reportaran los hechos y se asegurara lo que los forenses llaman “la escena” para que no fuera alterada.
- “Mi nombre es Valentina Parada y soy periodista de El Espectador ¿Por qué si los combates se dieron entre las 7:00 y las 8:00 de la mañana, es solo hasta las 2:20 de la tarde que el CTI reporta conocimiento de los hechos para ir a realizar los actos urgentes en la vereda? ¿Qué hicieron los soldados con los cuerpos durante cerca de cinco horas?”.
Y es que una serie de fotografías del lugar de la matanza muestra cuerpos en un lugar y luego en otro. Primero desarmados y luego con fusiles y prendas militares.
Un experto legista conceptuó, a partir de esa evidencia, que los cadáveres fueron arrastrados probablemente para escenificar un combate.
- “Mi nombre es Bibiana Bello y soy periodista de Vorágine. ¿Por qué miembros del ejército manipularon los cuerpos de las víctimas, algunos de los cuales aparecieron con fusiles y chalecos que antes no tenían?”.
Resulta inexplicable también que el Ejército hubiera decidido iniciar la operación en medio de un bazar, una celebración en el caserío, poniendo en riesgo la vida de civiles protegidos por el Derecho Internacional Humanitario.
- “Mi nombre es José Guarnizo y soy periodista de Vorágine. Mi pregunta para el general Zapateiro es, ¿por qué ejecutar un operativo militar de esta envergadura en el escenario de una fiesta, donde de manera probada se sabía de la presencia de decenas de civiles, entre ellos, niños, mujeres embarazadas, y personas de la tercera edad?”.
Los habitantes aseguran que los militares no permitieron asistir a los heridos y al menos tres de ellos murieron suplicando ayuda. Hay evidencias que sugieren la acción de un francotirador. Es decir, algunas personas perdieron la vida por disparos certeros de un militar parapetado a distancia en una casa y no como consecuencia de un fuego cruzado.
Hay, además, denuncias por pérdidas de elementos y de dinero, esa zona es cocalera y se mueven grandes sumas en efectivo. Un hombre asegura que los soldados se quedaron con 36 millones de pesos de una finca que había vendido.
Según otro testimonio, al dueño del burdel del caserío se le llevaron cinco millones de pesos y ocho cajas de whiskey. También dice que desaparecieron diez millones de pesos que habían recolectado por las actividades del bazar que eran para arreglar una vía.
- “Hola, soy Mauricio Alvarado, reportero gráfico del diario El Espectador, y mi pregunta para el general Zapateiro es sobre que la comunidad asegura que los soldados se llevaron más de $50 millones de pesos del caserío, pero el Ejército reportó haber incautado apenas $9.850.000, ¿dónde está el resto del dinero y por qué no lo reportaron?”.
Una de las preguntas más inquietantes está relacionada con los militares que efectuaron la operación. La comunidad asegura que llegaron sin uniforme, vestían sudaderas verdes y buzos negros, muchos de ellos estaban barbados y gritaban que eran de la guerrilla.
Solo cuando pasó todo y había once muertos en el caserío, se cambiaron para vestir los uniformes del Comando contra el Narcotráfico y Amenazas Transnacionales (Conat) del Ejército de Colombia.
Apenas en ese momento los habitantes se dieron cuenta que los atacantes no eran guerrilleros sino militares.
- “Soy Guillermo Gómez, periodista de la revista Cambio. Mi pregunta es, ¿por qué los primeros soldados que entraron al caserío se disfrazaron y se presentaron como guerrilleros ante la comunidad, negando su calidad de Fuerza Pública? ¿Es cierto que fueron ellos quienes dispararon primero para generar una situación de combate y que de esa manera pudieran legitimar la acción armada?”.
Estas y otras preguntas deben ser respondidas por el señor general Eduardo Zapateiro, comandante del Ejército, por el comandante general de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro, por el ministro de Defensa, Diego Molano y por el propio presidente Iván Duque.
La versión oficial hace agua y el silencio de las autoridades no ayuda.
Por lo pronto, debo agradecerles a los seis colegas periodistas su trabajo ejemplar.
De eso se trata nuestro oficio:
- Ir más allá de las versiones oficiales.
- Investigar para sacar a la luz lo que alguien quiere mantener oculto.
- Y hacerles preguntas difíciles a los poderosos.