A propósito de la discusión por el uso del <b>bótox</b> para la prevenir la aparición de las líneas de expresión, la doctora <b>Loretta Ciraldo</b>, quien ha practicado la dermatología durante más de 40 años, conversó en La W con Julio Sánchez Cristo sobre los excesos de inyectar ese tipo de sustancias.La experta es una de las críticas que el uso del bótox en jóvenes que lo inyectan y relató los riesgos, tanto físicos como psicológicos, sobre su uso de manera preventiva.“Creo que es una mala idea, no es necesario. Si una mujer ve una línea de expresión, puede ir a buscar un tratamiento y no hay necesidad de prevenirlo. (…) <b>La recompensa no es tan buena como el riesgo, no es como usar un pintalabios nuevo</b>”, aseguró la especialista.La dermatóloga contó que una de las consecuencias física tiene que ver con la resequedad en los ojos, así como una caída en las cejas en caso de que su tratamiento no se realice por expertos o de la forma adecuada.<b>“No es como el maquillaje, implica inyecciones”</b>, puntualizó la doctora Ciraldo sobre el bótox que podría considerarse como un tratamiento invasivo.La doctora fue enfática en asegurar que rechaza ese tipo de tratamientos en pacientes jóvenes para prevenir las arrugas. Incluso aseguró que en <b>Estados Unidos</b> hay un riesgo cuando la manipulación del producto no es la adecuada.“Debe ser regulado, <b>he visto personas aplicando bótox sin la experiencia, he visto ese desastre</b>, debe ser aplicado por un médico o una enfermera bastante experimentadas”, indicó.También resaltó el papel de las redes sociales a la hora de “convencer a otros en no tener líneas de expresión”. Para ella, detrás de la industria también<b> “hay una gran ganancia financiera”</b>.Finalmente aseguró que también se puede hacer uso de otro tipo de tratamientos para cuidar la piel, por ejemplo, con el uso de<b> bloqueador solar</b> y cremas con vitamina C.En el encabezado escuche la entrevista completa con la doctora Loretta Ciraldo, quien ha practicado la dermatología durante más de 40 años, quien recibió su doctorado en medicina del Downstate Medical College of State University of New York y completó su residencia en dermatología en el Albert Einstein College of Medicine en el Bronx, Nueva York.