Mohoric sorprendió y se llevó la Milán-San Remo
A los 27 años de de edad, Matej Mohoric se convirtió en el primer esloveno en ganar la clásica de Milán - San Remo.
Un esloveno ganó por primera vez la Milán-San Remo, pero no fue ninguna de las dos grandes estrellas del ciclismo del pequeño país, Tadej Pogacar ni Primoz Roglic, sino Matej Mohoric el que se llevó el primero de los cinco ‘monumentos’ ciclistas tras atacar en el descenso del Poggio.
Considerado como uno de los mejores ‘bajadores’ del pelotón y después de atacar a 4 km. para la llegada, Mohoric entró victorioso en la meta, con dos segundos de ventaja sobre el francés Anthony Turgis y sobre el holandés Mathieu Van der Poel.
Estos dos corredores formaban parte del primer grupo de perseguidores, junto al australiano Michael Matthews, a Pogacar, a los daneses Mads Pedersen y Soren Kragh Andersen y al belga Wout van Aert, gran favorito a la victoria, pero que tuvo que conformarse con la octava plaza tras recorrer los 293 km de esta clásica.
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En un descenso casi suicida, en un trazado muy sinuoso, Mohoric, que estuvo a punto de salirse de la carretera, tomó un puñado de segundos en el descenso y después se vio favorecido por el marcaje entre los perseguidores en las calles de San Remo para apuntarse esta prestigiosa victoria en su palmarés.
Pogacar, vencedor de los dos últimos Tours de Francia, atacó en cuatro ocasiones en el ascenso al Poggio, pero sin llegar a soltarse de Andersen, Van der Poel y Van Aert, que aguantaron con el esloveno en la cima y ya en el descenso se unieron los otros ciclistas, incluidos Mohoric, que logró en el descenso lo que no consiguió su compatriota en la subida.
“He pensado en esta carrera todo el invierno (boreal)”, declaró Mohoric, que a sus 27 años no es un desconocido del pelotón, pese a estar a la sombra de Pogacar y Roglic.
Campeón del mundo junior y sub-23, Mohoric también cuenta con dos victorias de etapa en el Tour del año pasado.
Riesgo con recompensa
En esta 113ª edición de la ‘classicissima’, disputada bajo un clima clemente, una fuga de ocho corredores (Gidich, Zakharov, Rivi, Sevilla, Conca, Tonelli, Tagliani y Zurita) marcó el inicio de la prueba, llegando a contar con hasta siete minutos de ventaja.
El italiano Filippo Conca se retiró tras 260 km recorrido víctima de rampas en las piernas y los últimos fugados, sus compatriotas Alessandro Tonelli y Samuele Rivi aguantaron hasta el pie del Poggio, a 9 km para la meta, en la subida en la que suele decidirse la victoria en esta carrera.
“Sabía que esta carrera podía irme bien, que sería mi día”, declaró Mohoric. “Arriesgué en la bajada, pero es lo que me permitió ganar. Era mi única oportunidad, a condición de evitar el error”, concluyó.
“No me ha sorprendió”, aseguró el Van Aert. “Si seguía ahí tras la subida, yo estaba seguro de que intentaría algo en el descenso”, explicó.
“He corrido para ganar, cómo hago siempre. Mathieu Van der Poel también, pero los otros han pensado rápidamente en el podio. Están en su derecho, pero yo prefiero luchar”, sentenció.