No era política de las Farc matar al que no pagaba: ‘Érika Montero’ en la JEP
La actual dirigente del partido Comunes también negó tener conocimiento de que las víctimas fuesen amarradas con cadenas, aunque la JEP ya estableció que fue una política “generalizada” en todos los bloques.
No era política de las Farc matar al que no pagaba: ‘Érika Montero’ en la JEP
La W tuvo acceso a la versión voluntaria rendida por Fancy María Orrego, ‘Érika Montero’, excomandante del Frente 34 de las Farc y la mujer que alcanzó el rango más alto dentro de la extinta guerrilla, llegando a integrar el Estado Mayor Central de las Farc y negociadora de uno de los puntos en La Habana.
En la diligencia conocida por W Radio, la dirigente nacional del Partido Comunes aseguró que no era una política de la guerrilla asesinar a quienes no pagaban su liberación cuando estaban secuestrados y que si hubo excesos era por culpa de “mentes perversas”, afirmación que contrasta con las miles de víctimas que incluso hasta tuvieron que retirar las cesantías para que no asesinaran a sus familiares y los regresaran con vida.
“La política general de que si no tiene, tiene que morirse, eso no era una política, jamás de que fuera una política el decir, el que no tenga mátenlo, la orientación de Manuel Marulanda era que le era más útil a la comisión guerrillera un racimo de plátano ofrecido por un humilde campesino que quinientos mil o un millón de pesos”, fueron sus palabras.
Lo dicho allí contrasta con otro momento de la diligencia, donde al referirse a una víctima sobre la que la Sala le consultó que fue secuestrada y nunca apareció, Montero respondió de forma contundente e infirió que seguro lo mataron porque no habría “pagado”.
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Por otra parte en su versión voluntaria, la dirigente nacional de Comunes se refirió a las “camitas” de los secuestrados al igual que lo hizo en el pasado la senadora Sandra Ramírez. Montero señaló ante la JEP que en la región de Urabá, su área de influencia, cuando las condiciones lo permitían los secuestrados tenían acceso a “camitas” para su acomodación.
“Se hacía un rancho, en ese rancho se hacían unas camitas de madera, una sala, un rancho grande, las camitas y ahí permanecían ellos, o sea tenían un perímetro”, afirmó.
Además dijo que no se usaron cárceles con alambres para encerrar a los cautivos y tampoco conoció del uso de cadenas para amarrar a los secuestrados, que de pronto ocurrió cuando un militar estaba “estresado” y se ponía “rebelde”. Lo cual contrasta con los hallazgos de la JEP en el Auto 019 de imputación, donde se concluyó que el uso de cadenas y amarres a los secuestrados fue una práctica generalizada en la guerrilla.
“...de pronto algún militar estresado o aburrido, uno en ese estado puede tener hasta momentos de quererse hasta morir, y que se ponga rebelde. No le puedo decir que jamás sujetaron un militar que asumiera esa actitud, pero no era lo general, eso es lo que le cuentan a uno los cuidadores (...) seguro que puede haber pasado, pero que todos estuvieran cada quién encadenados no”, sostuvo.
Incluso la excomandante de las Farc afirmó que según lo que conoció los secuestrados jugaban ajedrez y hasta hacían manualidades. En el caso de los cautivos civiles, según Montero, podían ir a “pescar” a las quebradas o hacer deporte para “distraerse”.
“Ellos jugaban ajedrez, hacían manualidades, leían, jugaban ahí entre ellos, eso le cuentan a uno los cuidadores (...) el civil podía pescar ahí en la quebradita, jugar un partido de voleibol como para tener una horita más de distracción, todo eso se lo cuentan a uno”, señaló.
Adicionalmente sobre los casos de violencia sexual en el interior de las Farc contra los secuestrados, la actual dirigente de Comunes expresó que nunca tuvo conocimiento y que si de pronto nunca llegaron a sus oídos era porque los afectados no denunciaban o eran coaccionados por los guerrilleros, porque en las Farc incurrir en violación sexual, según lo que ella sostiene, era causal de “fusilamiento”.
Las declaraciones de la excomandante de las Farc relacionadas también con el secuestro como “error” y no como crimen de lesa humanidad en el transcurso de la audiencia generaron duras críticas desde la representación de víctimas, y además la cuestionaron porque a juicio de los representantes “son comandantes cuando les conviene y cuando no les conviene no lo eran”.
“Error es ponerse una media de un color y otra de otra cuando uno se levanta en la mañana. Pero intentar amparar ese tipo de práctica resulta muy ofensivo, ellos no cometieron errores, cometieron crímenes contra la población civil que decían defender. Los comandantes tenían el poder de controlar esas prácticas sobre sus subordinados, ese discurso de ser comandantes a ratos resulta muy ofensivo” señaló el representante de víctimas de la Comisión Colombiana de Juristas.
Según el abogado de víctimas los exmandos de la guerrilla han tratado de sostener que “en ciertas situaciones tenían un control directo y total sobre sus subordinados cuando hablaban de orden público, de hacer tomas y demás, pero en el tema del secuestro lo que resultan manifestar siempre es que fue un error”.
En su versión voluntaria la excomandante de las Farc y cónyuge del también exmando de la guerrilla “Isaías Trujillo” también negó que hubiesen ejercido esclavitud contra la población civil o algún secuestrado. Además, indicó que la Farc no imponían códigos de conducta a la población, y que al contrario las comunidades cuando no había presencia del estado los buscaban para zanjar sus diferencias.
‘Érika Montero’ finalmente se mostró sorprendida cuando en la audiencia uno de los relatos de las víctimas fue reproducido por la magistrada Julieta Lemaitre, donde el afectado narraba que lo obligaron a comer carne podrida con lentejas con jabón. Asimismo, sobre la “Toma de Nutibara” en Antioquia en 1998, expresó que la misma población civil les pidió tomarse el pueblo, supuestamente por nexos entre la Fuerza Pública y los paramilitares.