Nuevo intento de instaurar “corredores humanitarios” para evacuar civiles de Ucrania
Rusia había anunciado un alto el fuego para dejar que los civiles de las grandes ciudades ucranianas, como Kiev, puedan irse.
Los civiles empezaron a ser evacuados este martes de la ciudad ucraniana de Sumy, cerca de la frontera con Rusia, en un nuevo intento de instaurar corredores humanitarios para que las personas asediadas por los bombardeos rusos puedan ponerse a salvo.
Los bombardeos aéreos contra esta ciudad situada a unos 350 km al noreste de Kiev, que escenario de violentos combates desde hace varios días, mataron a 21 personas -dos de ellas, niños- el lunes por la noche, según la fiscalía regional.
Poco después de las 10H00 locales (08H00 GMT), decenas de autocares salieron de Sumy rumbo a Lójvitsia, 150 km al suroeste, dijo el jefe interino del gobierno regional, Dmitry Lunin.
Poco antes, la vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, avisó de que “la parte rusa preveía perturbar ese corredor”, por lo que los civiles podrían verse obligados a “tomar otro itinerario, que no está coordinado [con las autoridades ucranianas] y que es peligroso”.
“Déjennos evacuar a la gente tranquilamente. ¡El mundo entero está mirando!”, lanzó en este decimotercer día de conflicto, pidiendo a las tropas rusas que “detengan su avance” durante la operación humanitaria.
Horas después, el Ministerio ucraniano de Defensa acusó a Rusia de no respetar el corredor humanitario en Mariúpol, una ciudad portuaria estratégica del sur.
“El enemigo lanzó un ataque exactamente en la dirección del corredor humanitario”, denunció el ministerio en su página de Facebook, afirmando que el ejército ruso “no dejó que los niños, las mujeres y las personas ancianas abandonaran la ciudad”.
Este martes, Rusia había anunciado un alto el fuego para dejar que los civiles de las grandes ciudades ucranianas, como Kiev, puedan irse.
“13 días escuchando promesas”
La situación se deteriora cada día y este martes, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó a los países occidentales de incumplir sus “promesas”.
“Llevamos 13 días escuchando promesas. Trece días que nos están diciendo que nos ayudarán (...) que habrá aviones, que nos los entregarán”, declaró en un video publicado en Telegram. “Pero la responsabilidad de todo esto recae también en quienes no han sido capaces de tomar una decisión en Occidente desde hace 13 días. En quienes no han protegido el cielo ucraniano de los asesinos rusos”, añadió.
La puesta en marcha de los corredores humanitarios centró la tercera ronda de negociaciones ruso-ucranianas del lunes pero, en el terreno, las fuerzas rusas continúan desplegándose en torno a las grandes urbes, y bombardeándolas en algunos casos, según los responsables ucranianos.
El secretario general adjunto de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, indicó ante el Consejo de Seguridad que los civiles deben poder huir en la dirección que deseen y que se debe garantizar el acceso seguro de suministros médicos y humanitarios.
Después de meses acumulando tropas alrededor de la antigua república soviética, Putin ordenó la invasión alegando querer proteger a la población rusohablante de los territorios rebeldes del este de Ucrania, que llevan desde 2014 luchando contra Kiev.
El dirigente del Kremlin reclama la desmilitarización de Ucrania, un estatuto neutral para el país ahora inclinado hacia Occidente y garantías de que este nunca se adherirá a la OTAN.
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“Muchos niños”
El ejército ruso se concentra sobre todo en los frentes de Kiev, Mariúpol y Járkov, segunda ciudad del país, en el noreste, blanco de intensos bombardeos y tiros de misiles en los últimos días.
En Busha, a las puertas de Kiev, los habitantes también intentaban desesperadamente abandonar la ciudad.
“Hay gente en cada apartamento, en cada casa. Lo más importante es hacer que se vayan los niños. Hay muchos niños y mujeres”, dijo Anna a un periodista de la AFP.
“La ciudad está al borde de la catástrofe humanitaria. No hay ni gas ni agua ni electricidad y la comida empieza a escasear”, contó.
También se registraron intensos combates en la ciudad de Izium (este), aunque las tropas rusas se batieron en retirada, según el Estado Mayor ucraniano.
El Ministerio ucraniano de Defensa afirmó por su parte que el general ruso Vitali Guerassimov murió cerca de Járkov, una información que las autoridades rusas no confirmaron y que era imposible de verificar con una fuente independiente.
Según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), obuses de artillería dañaron el domingo una instalación de investigación nuclear con fines médicos e industriales en Járkov, aunque no se detectó ninguna “consecuencia”.
Más de dos millones de refugiados
En el terreno, el conflicto sigue agravándose, dando lugar al éxodo más acelerado que se registra en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. La guerra ha empujado ya a más de 2 millones de personas a refugiarse en países vecinos, sobre todo en Polonia, dijo este martes el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Periodistas de AFP vieron a miles de civiles huyendo de los combates a través de una ruta no oficial de evacuación desde Irpin, un suburbio del oeste de Kiev, hacia la capital.
Niños y ancianos eran trasladados en alfombras usadas como camillas a través de una carretera resguardada por soldados y voluntarios. Desesperados, algunos abandonaban cochecitos y maletas para meterse en atestados autocares.
El último balance de Naciones Unidas cifra en 406 el número de civiles fallecidos por la invasión, aunque estos balances están seguramente muy por debajo de las cifras reales de víctimas de esta guerra.
Este martes, la justicia alemana anunció que está investigando posibles crímenes de guerra en Ucrania. La Corte Penal Internacional (CPI) abrió la semana pasada una investigación al respecto y Estados Unidos señaló que disponía de informaciones “muy creíbles” sobre crímenes de guerra cometidos por Rusia.
Suspendida la negociación del níquel
El Banco Mundial aprobó un paquete adicional de 489 millones de dólares de desembolso inmediato para Ucrania.
En respuesta a la ofensiva, los países occidentales impusieron en los últimos días sanciones sin precedentes contra empresas, bancos y magnates rusos, pero Kiev insiste en pedir un boicot a las exportaciones rusas y la imposición de una zona de exclusión aérea para frenar los bombardeos.
Este martes, la Bolsa de Tokio retrocedió un 1,71%, tras haber perdido un 3% la víspera. Las bolsas europeas, en cambio, abrieron en verde.
La bolsa de metales de Londres suspendió temporalmente la negociación del níquel, cuyo precio subió brevemente por encima de los 100.000 dólares por tonelada ante el riesgo de escasez si Rusia no puede exportar su producción