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El rey de la división

El apoyo de Jorge Rey, exgobernador de Cundinamarca, puede ser al mismo tiempo lo mejor y lo peor para Alejandro Gaviria.

Colombia

Este fin de semana, el exrector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, conoció varias plazas públicas llenas.

Había cientos de personas organizadas que gritaban en coro “Sí se puede”, llevaban avisos que decían “Funza presente”, “Mosquera presente” o “Alejandro presidente”.

En El Reporte Coronell:

Gaviria, que hasta ahora no había tenido la oportunidad de dirigirse a una plaza llena, no lo podía creer.

La foto lo muestra exultante, parado con las piernas muy abiertas como un vaquero del Far West, levantando los brazos, haciendo la señal de la victoria con ambas manos, mientras una multitud, detrás de él, lo aclama.

De verdad, conmovedor.

Lo único malo es que se trataba de una manifestación prestada, ajena.

Esa gente no estaba ahí por el profesor Gaviria. El verdadero dueño de la entusiasta muchedumbre, que fue transportada de plaza en plaza a conveniencia, es el cacique político de Cundinamarca, el exgobernador Jorge Emilio Rey.

En las fotos oficiales no aparece el barón electoral al lado del distinguido precandidato, pero las redes sociales —que no se quedan con nada— muestran a Rey, micrófono en mano, invitando a votar por Alejandro Gaviria.

Óiganlo:

Jorge Emilio Rey no es propiamente un representante del voto de opinión. Es un gamonal que construyó su imperio a partir de una junta de acción comunal de su Funza natal.

Rey ha sido cuestionado desde que era alcalde de su pueblo junto con su sucesor Jorge Enrique Machuca por cobros, digamos, polémicamente bajos de un impuesto de plusvalía para favorecer a un particular. Nada les pasó ante la justicia. Hoy Rey reina en el departamento y Machuca es el gerente de la Empresa de Licores de Cundinamarca.

Otro de los compadres de Rey, mencionado junto a él en presuntas operaciones de lo que se ha dado en llamar el ‘cartel de volteo de tierras’, es el actual gobernador de Cundinamarca: Nicolás García.

A todos les ha ido bien en las investigaciones de la Fiscalía iniciadas diligentemente por Luis Gustavo Moreno, el zar anticorrupción que terminó preso en Estados Unidos después de ser grabado recibiendo el soborno de un gobernador.

En fin, estos distinguidos caballeros gozan de la presunción de inocencia, y ahora el jefe de todos ellos Jorge Emilio Rey es el impulsor en Cundinamarca de la candidatura del exrector Alejandro Gaviria.

Quien más ha investigado el caso Rey es Carlos Fernando Galán, paradójicamente compañero de coalición del profesor Alejandro Gaviria.

Galán, aspirante al Senado por el Nuevo Liberalismo, lanzará en las próximas horas el siguiente mensaje hablando de volteo de tierras:

“Ningún Rey nos da órdenes, ni nos apoya”, dice Carlos Fernando Galán. Su hermano, el precandidato presidencial Juan Manuel Galán, mandó hacer una valla que dice: “Ni siquiera un Rey puede disponer de tu voto”, dentro de una campaña para denunciar el accionar de los clanes políticos.

No solamente los Galán rechazan la entrada de Jorge Emilio Rey a la Coalición de la Esperanza por la puerta lateral de Alejandro Gaviria.

También se ha manifestado en contra el precandidato Jorge Enrique Robledo, quien, al saberlo, anunció desde ya que, si Gaviria llegara a ganar la consulta, no va a votar por él.

Sergio Fajardo también está que trina de la ira. Bueno, hasta ahora no ha trinado, pero le pone likes a Robledo.

Es decir, Alejandro Gaviria ganó unas manifestaciones muy fotogénicas y quizás hasta 100 mil votos en Cundinamarca, que Jorge Rey le puede endosar, pero se echó encima a sus compañeros de coalición.

¿Cómo llegó un personaje como Jorge Emilio Rey al mundo del académico Alejandro Gaviria?

Alguna gente le echa la culpa a Germán Vargas Lleras porque Rey, cómo no, es de Cambio Radical del ala cachaca aún controlada por Vargas. Sin embargo, todo indica que lo trajo un estratega de propaganda: El consultor Augusto Reyes de la firma Poder y Poder. El mismo que asesora a la alcaldesa Claudia López. Ella también terminó de gran amiga de Jorge Rey y Nicolás García, después de denunciarlos cuando era senadora.

Rey no es el único político cuestionable que está apoyando a Alejandro Gaviria: tiene ya a Miguel Ángel Pinto, del Clan Tavera de Santander; y lo rondan los tenientes de Juan Carlos Abadía, el exgobernador del Valle destituido por la Procuraduría.

Alejandro Gaviria está recibiendo a todo el mundo, haciéndose el que no sabe quién lo respalda.

Su viabilidad electoral crece, su credibilidad en el voto de opinión se desplomará. En 13 días sabremos si la apuesta politiquera del profesor lo salva o lo condena.

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