Anticonceptivos para reducir movimiento de espertamozoides, la nueva apuesta de científicos en Brasil
Si se hace un anticonceptivo que inhiba la producción de espermatozoides, este tardaría de tres a cuatro meses en hacer efecto.
Investigadores de la Universidad Estatal Paulista (Unesp) están en la búsqueda de desarrollar anticonceptivos masculinos tras el estudio de una proteína localizada en el esperma. Las pruebas, a diferencia de las investigaciones hasta el momento, fueron realizadas con ratones.
Sobre esta área hay experimentación previa pero con primates, lo que complejiza y vuelve al estudio más lento y costoso. El objetivo del proyecto es desarrollar anticonceptivos masculinos para incidir en la función de motilidad —término empleado en biología para describir la capacidad de movimiento— de los espermatozoides.
Para los científicos y la industria farmaceútica este enfoque es más sencillo que impedir la producción del gameto masculino.
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Enrick José Ramo da Silva, docente del Departamento de Biofísica y Farmacología del Instituto de Biociencias de Botucatu (Unesp) explicó a la agencia de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Sao Paulo (Fapesp), colaboradora del estudio, que en caso de producirse un anticonceptivo que inhiba la producción de espermatozoides, este tardaría de tres a cuatro meses en hacer efecto.
Para la investigación se puso el foco en EPPIN, acrónimo de inhibidor de la proteasa del epidídimo, que cumple la función de modular la motilidad en la que se pretende influir.
El especialista explicó que el espermatozoide tiene movilidad solo después de la eyaculación debido a que “no necesita motilidad antes de esta etapa y por lo tanto ahorra energía para viajar hasta el útero”.
En investigaciones en monos ya se probó que la proteína EPPIN está relacionada con la motilidad de los espermatozoides.
Para el caso de los ratones, los científicos brasileños obtuvieron resultados prometedores: luego de que los animales recibieran tres tipos de anticuerpos, mostraron capacidad para inhibir la movilidad de los espermatozoides, datos reveladores en el campo.
La investigación no solo demostró que es posible utilizar ratones como modelos de prueba in vitro sino que se puede apostar por el diseño de moléculas para el objetivo planteado.
Para la continuidad de las investigaciones el equipo de Ramo da Silva se asoció con profesionales de Portugal y Reino Unido.
En las próximas etapas se pretende que Brasil continúe las pruebas con ratones, mientras que Portugal apuntará a estudios sobre los efectos en el esperma humano debido a que los trámites para obtener el material biológico en el país son más rápidos.