El colombiano Sergio Hernández, uno de los científicos detrás del implante que permite a paralíticos caminar

Un grupo de científicos en Suiza lograron que tres pacientes paralíticos lograran caminar gracias a un microchip implantado bajo su piel. Se trata de una tecnología en la que con una conexión a un dispositivo, se envían estímulos a los músculos y el colombiano Sergio Daniel Hernández estuvo detrás del proyecto.

El físico y neuroingeniero que nació en Bogotá contó en La W que lleva varios años trabajando en el proyecto. “Somos un gran equipo multidisciplinario, yo trabajo en imágenes para adaptar la tecnología a la morfología de cada uno de los pacientes”, relató.

Algunos pacientes que volvieron a caminar gracias a estímulos en sus músculos y con ayuda de un caminador habían sufrido accidentes.

Justamente en La W también habló Michel Roccati, un italiano que participó en el proyecto. Sobre el momento en que volvió a caminar relató: “fue absolutamente emocionante, estaba en un laboratorio lleno de ingenieros y cuando me levanté hubo una ovación, dejé de hablar durante diez minutos porque estaba procesando lo que pasaba”.

¿Cómo funciona el implante?

El científico Hernández contó que llevan más de 15 años en las investigaciones y el implante funciona con una serie de electrodos en la parte lumbar del paciente, justo detrás de la médula.

“Está conectado a un sistema tecnológico para enviar impulsos eléctricos y luego se define una secuencia para activar estimulaciones en las piernas”, explicó Hernández.

Además de los avances, se refirió sobre lo que sintió cuando vio a los pacientes caminar por primera vez gracias al implante. “Ver a otros caminar es increíble, hay emociones muy fuertes, lágrimas, es casi surrealista y es un gran orgullo presenciarlo”, expresó el científico.

Por ahora queda que se amplié el estudio para que otros pacientes puedan acceder a ese tipo de implantes y recuperen su autonomía.

A propósito de la discusión sobre una votación en Suiza para eliminar las pruebas en animales también se pronunció. Desde su perspectiva, una prohibición podría frenar los avances investigativos en proyectos como en el que participó para ayudar a otros a caminar.