“Las Farc no eran una organización dedicada al narcotráfico”: Pablo Catatumbo en la JEP
La W conoció los cuestionarios que tanto Catatumbo como Pastor Alape remitieron por el magnicidio de Álvaro Gómez. Allí sostuvieron una vez más que las Farc no estaba “orientada” a ese fenómeno criminal.
La W conoció la integridad de los cuestionarios respondidos por los exintegrantes del secretariado de las Farc, Pastor Alape y Pablo Catatumbo, en relación con el trámite en el que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) evalúa si asume competencia por el crimen de Álvaro Gómez Hurtado y cinco homicidios más.
En relación con la hipótesis sobre una presunta alianza entre narcotraficantes del Cartel del Norte del Valle y paramilitares o incluso con las Farc para ultimar al exlíder conservador, tanto Catatumbo como Alape negaron conocer que hubiese existido alguna.
Por el contrario, los dos excomandantes de las Farc reiteraron nuevamente que la guerrilla no traficaba drogas, incluso Alape señaló que “cuestionaban” el fenómeno del narcotráfico.
Por su parte, Catatumbo fue más allá y sostuvo que la guerrilla no estaba inmiscuida en ese negocio criminal ni se dedicaba al tráfico de drogas, contradiciendo declaraciones de exnarcotraficantes como Luis Hernando Gómez ‘Rasguño’ del Cartel del Norte del Valle, el cual ha afirmado que le compraba cocaína a las Farc.
“De acuerdo a mi conocimiento y experiencia dentro de las Farc-EP, la organización no vendía cocaína, sí cobraba impuesto a los compradores de pasta, por lo tanto, me resultaría contrario a mi conocimiento que la afirmación de Gómez Bustamante fuese cierta. (...) las Farc no era una organización dedicada u orientada al narcotráfico, por lo que nunca se enfocó en producir sus condiciones” sostuvo Catatumbo.
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Ya sobre la teoría de presunta autoría de las Farc en el crimen, Alape y Catatumbo señalaron que Álvaro Gómez era su enemigo desde la invasión a Marquetalia en los sesentas y por eso se habría producido el homicidio.
Además, negaron conocer detalles de cómo se llevó a cabo el magnicidio del exlíder conservador y tampoco aportaron alguna prueba documental al despacho sobre la presunta autoría de las Farc.
Por su parte y ya en detalles, Catatumbo afirmó que se enteró de la presunta responsabilidad de la guerrilla en el magnicidio en un curso de comandantes, mientras que Alape sostuvo que Rodrigo Londoño ‘Timochenko’ le hizo un comentario informal en Cantagallo, sur de Bolívar, admitiendo la responsabilidad.
“El homicidio de Álvaro Gómez Hurtado me lo comentó verbalmente Rodrigo Londoño, con la salvedad de que la orientación dada por el camarada Manuel Marulanda Vélez era mantenerlo en secreto” señaló en el escrito conocido por La W.
En su interrogatorio, los excomandantes de las Farc e integrantes del partido Comunes asimismo señalaron no conocer nada del libro de José Obdulio Gaviria que contendría cartas de Manuel Marulanda y que mencionaría la supuesta autoría de las Farc en el crimen. Particularmente Catatumbo incluso dudó de la veracidad del escrito.
“No puedo dar fe sobre su autenticidad. Al contrario, dudo de ella y no me consta el contenido” señaló.
En relación con los crímenes de Hernando Pizarro Leongómez y José Fedor Rey, los dos exmandos de la guerrilla coincidieron en que su homicidio se permitió por cuenta de su deserción y declaratoria hacia las Farc como enemigos. En el caso particular de Rey, Catatumbo expresó que fue asesinado por guerrilleros presos en la cárcel de Palmira, pero que no ordenó jamás que lo mataran. Sobre todo lo dicho anteriormente, no allegaron mayores pruebas.
Sobre el crimen del general (r) Fernando Landazábal, los dos exmandos de la guerrilla indicaron que era considerado un enemigo de las Farc por su papel como militar y particularmente Pastor Alape acusó a la víctima de haber promovido acciones de guerra “paralelas” ejecutadas por “estructuras armadas de la derecha”.
“Era un adversario que con el uniforme y las armas del Estado ejecutaba acciones de guerra abierta y promovía acciones de guerra paralelas al Estado ejecutadas por estructuras armadas de la derecha en lo que se constituyó como la guerra sucia, la cual consistía en perseguir, asesinar, torturar, desaparecer y amenazar a los simpatizantes de las ideas de izquierda y de paz con justicia social, señalándolos de insurgentes” manifestó el dirigente del partido Comunes.
Particularmente en el homicidio del profesor de la Universidad Nacional Jesús Bejarano (el cual también se atribuyeron) no aportaron mayor información, y en el caso del excongresista Pablo Emilio Guarín tanto Alape como Catatumbo expresaron que era reconocido en las Farc como un aliado del paramilitarismo en el Magdalena Medio.
Adicionalmente y sobre la muerte de personas que desertaran de las filas de la guerrilla los dos dirigentes del partido Comunes afirmaron que nunca hubo en las filas de las Farc una política de ataque o fusilamiento hacia quienes abandonaran ese extinto grupo armado, por ejemplo, Pablo Catatumbo señaló que “al interior de las Farc no existía un plan o una política general encaminada al asesinato de los disidentes o de los desertores”.