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Lago de Tota, escenario de conflicto socio ambiental entre empresarios y veedores

Los ambientalistas insisten en una figura jurídica para proteger el ecosistema, mientras los sectores económicos dicen que están haciendo esfuerzos.

Lago de Tota, escenario de conflicto socio ambiental entre empresarios y veedores

El representante legal de la Fundación Defensa y Salvación del Lago de Tota, Javier Acevedo, reconoce que la cuenca del Lago de Tota tiene unas condiciones favorables de generación de actividades económicas, pero falta una figura jurídica para su protección.

“El no tener esa defensa jurídica hace que el lago no sea tan sostenible y no tengan una regulación normativa muy clara, mientras tanto participamos en diferentes escenarios para poder conseguirla”, narra.

Sin embargo, el nitrógeno y el fosforo, según Acevedo, es un contaminante que proviene de la producción piscícola, mientras el turismo tiene unas dinámicas más complejas.

“Con respecto al turismo hay problemas de aguas residuales y en las temporadas turísticas se observa demasiado botellas, También las heces de la ganadería generan contaminación de metano”, denuncia.

Y es que el Lago de Tota es el espejo de agua dulce más importante del centro oriente del país y el segundo más grande de Suramérica, ubicado entre los municipios de Aquitania, Tota y Cuítiva.

Leila Piragauta, representante de Ecolago, hace la recolección de los residuos aprovechables en Aquitania, dice que no hay un manejo consciente en la ronda del ecosistema.

“Tenemos vertimientos de aguas negras, los plásticos de varias densidades y esto es porque en el campo ya no se está utilizando el guarapo, si no llevan gaseosa en ese tipo de empaques. Los obreros lo que hacen es dejarla botada en el lote donde estén trabajando”, explica Piragauta.

Insiste que todo el mundo le saca agua al Lago de Tota para riego, consumo humano, ganadería y servicio para otros municipios, pero no hay quien regule, según ella, la autoridad ambiental no se preocupa y además su entorno es cada vez más diferente.

El paisaje está cambiando porque cada día el turismo es mucho más fuerte; todo el mundo quiere construir, pero no tienen en cuenta las partes técnicas”, cuenta.

Los puntos más críticos en la ronda del Lago, consideras los líderes ambientalistas son: El Desaguadero, Llano Alarcón, Playa Rosada y La Peña, donde colocaron casetas y hay hasta servicio de baño.

Desde la década de los 70 se cambió del policultivo al monocultivo en dónde se usan insumos químicos, según María del Pilar Lemus Gutiérrez, agro-ecóloga, están generando, al parecer, afectaciones al ecosistema, pero además a la salud de los campesinos.

La gente en el momento de la práctica de fumigar no tienen la protección adecuada y el cuerpo va acumulando esas sustancias y posteriormente resultan enfermedades como el cáncer”, advierte.

Para Lemus, el aumento de la frontera agrícola, dicen los ambientalistas, hacia el páramo como al espejo de agua puso en peligro la extinción de aves, árboles nativos y un aumento considerable de nitrógeno y potasio.

“Viene aumentando la vegetación dentro del Lago en algunos puntos que no lo deja oxigenar, eso trae consecuencias negativas en la biología”, explica.

- Sectores económicos dicen que están haciendo esfuerzos

César Pinzón, presidente de la Federación Colombiana de Acuicultores (Fedeacua), dice la estructura económica, social y ambiental del sector está organizada de acuerdo a la normatividad nacional e internacional.

“Llegamos a un acuerdo con Corpoboyaca, en dónde tenemos unos filtros tipo pañal que tienen las jaulas donde se cultiva y allí se deposita todo lo que tiene que ver con segmento y el impacto es mínimo”, explica.

En el Lago de Tota están permitidas, para trabajar, siete empresas trucheras que exportan a varios países del mundo, afirma Pinzón que si las compañías no cumplieran con la normatividad ambiental ya les habían cerrado.

Las personas que dice que nosotros contaminamos tienen que tener argumentos para decirlo”, alega.

Entre tanto, Omaira Rosas, propietaria del hotel Ciudad de las Aguas, dice que además de aportar al desarrollo económico y generar empleo en la región, el sector hotelero también está participando, en la sostenibilidad del Lago de Tota ya que es el principal atractivo para los visitantes.

“Que demostremos que nosotros estamos cuidando el lago y el medio ambiente, nuestros paramos y así como el nivel de económico lo podemos incrementar en nuestro territorio, debemos seguir pensando en la sostenibilidad ambiental”, dice.

Diego Pedraza, es el subdirector de la Fundación Tota Sostenible, dice que donde se realiza una actividad económica tiene que generar alguna mínima contaminación.

Sin embargo, cuenta Pedraza a través de su fundación y Asolagos se está haciendo un esfuerzo para bajar el impacto ambiental con el manejo de agro insumos de categoría “toxicológica” de 3 y 4 (sic).

Desde 1920 la cebolla viene siendo uno de los renglones más importante en la ronda del lago, según Pedraza, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) certificó, por buenas prácticas, a 100 fincas donde se produce cebolla y se proyecta para este año certificar 150 fincas más.

Le preocupa una resolución que aumenta la cota del lago, la cual considera es ilegal y para ello se va a debatir a con Corpoboyacá la línea del tiempo, porque a su juicio, “hay atropellos contra los agricultores”.

Advierte que si no son escuchados, acudirán a demandar a Corpoboyacá si es necesario. “Según datos de Corpoboyacá aproximadamente 2.500 campesinos se verían perjudicados con una afectación entre 800 y 1500 hectáreas”.

En lo que si están de acuerdo ambientalistas y empresarios es que la Alcaldía de Aquitania debe entregar la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales que debió hacer desde hace ocho meses.