Cabo San Juan del Guía, una de las maravillas naturales del Parque Tayrona en Santa Marta
Esta playa es uno de los paraísos naturales apetecidos por nacionales y extranjeros, queda a 15 kilómetros de la entrada Zaino del Parque Tayrona.
Santa Marta
La aventura comienza a las 4 de la mañana y es hora de levantarse. A las 5 llegan los guías turísticos, Laura Chávez y Haider Povea, en la camioneta para recoger a los huéspedes que se dirigen a Cabo San Juan del Guía en Santa Marta. Se puede llevar el desayuno empacado o comprarlo a la entrada del Parque Tayrona.
La camioneta inicia el recorrido durante una hora por la Troncal del Caribe. Por sus ventanas se disfruta de la vista del mar mientras amanece. A las 6 de la mañana se llega a la entrada del Parque Tayrona y hay que esperar a que a las 7 de la mañana abran las puertas para su ingreso.
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¿Por qué hay que madrugar?
Si el recorrido se inicia desde los alojamientos que quedan en el sector de Playa Dormida en Santa Marta, aproximadamente se demorará una hora en llegar al Parque Tayrona. Ahora, si está en Santa Marta, tal vez el tiempo sea un poco más de 1 hora y 15 minutos.
Pero a eso hay que sumarle la hora adicional que se espera en la entrada del Parque Tayrona mientras los guías turísticos hacen los trámites para el ingreso.
La ventaja es que, si se llega temprano, además de poder disfrutar mucho más tiempo del lugar, la experiencia y los paisajes que ofrece el parque, se tiene la opción de ingresar ese mismo día. Pues por temas del aforo por restricciones del COVID-19, solamente dejan entrar al Tayrona a casi 2000 personas en las más de 19 mil hectáreas por día, según lo que dijo Laura Chávez, la guía turística.
Tanto así que, el día de la visita, en la entrada del Parque Tayrona había una larga fila de personas y carros que según lo que se escuchaba, esperaban desde las 2 de la mañana. Sin embargo, los guías turísticos aclararon que en temporada baja se puede llegar a las 7 u 8 de la mañana ya que hay menos gente.
Ahora bien, mientras se espera, es decir, de 6 a 7 de la mañana, como no se pueden consumir alimentos en el vehículo, existe la posibilidad de desayunar lo que le empacó el alojamiento o, en el restaurante Parador Tayrona puede deleitarse con una típica arepa de huevo fresca, calientica y recién hecha y jugo de naranja. Hay varias opciones que atiende Camilo, quien toma el pedido y corre a buscar lo que se escoja del menú, mientras sonríe, ya que para él es primordial la buena atención al cliente.
A las 7 de la mañana abren las puertas del Parque Tayrona y los visitantes se paran rápido de las mesas para correr a coger su puesto en la fila de quienes lo están cuidando y comprar las manillas naranjas que acreditan el pago del ingreso al Tayrona.
Es importante recordar que el Parque Tayrona tiene cuatro entradas: La primera por el sector Bahía Concha. La segunda por Palangana. La tercera por Calabaza y la última que es la Zaino por donde se ingresa a Cabo San Juan del Guía.
Otra cosa y que es una ventaja entrar con guías turísticos ya que al hacer parte de una empresa de turismo les dan prioridad para la entrada del Parque Tayrona, por eso quienes pagan este servicio, cuyo valor aproximado es de $190.000 pesos por persona (incluida la entrada al Tayrona, sin almuerzo), ingresan más rápido que los que van sin guía ya que no hay necesidad de hacer fila o madrugar tanto, de acuerdo, a lo que contaron Laura y Haider.
Por lo tanto, a las 7:15 de la mañana todos los pasajeros se vuelven a subir a la camioneta que ingresa al Parque Tayrona por la entrada Zaino, se parquea y todos se bajan del vehículo. Luego, se reúnen con los guías Laura y Haider quienes dan las explicaciones para tener en cuenta en el recorrido a Cabo San Juan del Guía.
Se anuncia que es un recorrido de 15 kilómetros, 7.5 de ida y 7.5 de vuelta con un tiempo aproximado de al menos 5 horas. Si bien no es necesario ser un atleta, es importante tener en cuenta que cada persona camina a un ritmo diferente, no es una competencia, es un momento para disfrutar de la naturaleza y tranquilidad. Hace calor y hay bastante humedad, por eso se recomienda ir con ropa cómoda, tenis, aplicarse bloqueador y repelente, además del vestido de baño puesto.
La caminata se inicia en el sector Cañaveral. La recomendación es ir por los senderos de madera. Existe la opción de alquilar un caballo por un precio de $50.000 pesos. Los equinos transitan por un camino distinto a los visitantes y turistas hasta la Piscina Natural, ya que, a 2 kilómetros antes de llegar a Cabo San Juan del Guía, se comparte el camino con los caballos, por lo que hay que poner atención y tener cuidado.
Cuando se empieza a avanzar por el sector Cañaveral, bajo el alivio fresco de la brisa marina y a través del sendero del conocimiento Kogui, se observa bosque seco combinado con el sonido de la naturaleza y los pasos de los caminantes.
Además, se ven varias especies animales entre las que está el mono capuchino quien salta de árbol en árbol y, el mono aullador quien con su sonido evoca las olas del mar, aunque a veces se siente su molestia por “invadir” su hábitat, sin embargo, es tranquilo. Es mejor no darles de comer porque la dieta de ellos está basada en los frutos que da el bosque y no en comida que consumen los humanos, sugerencia que hacen Laura y Haider.
En el recorrido hay tres puntos de asistencia médica en caso de algún contratiempo. Y, se hacen dos paradas técnicas, en la primera se puede comprar agua de coco o bananos, si se quiere, a miembros de la población indígena Kogui quienes ofrecen estos alimentos. Y la segunda, para comprar mochilas, manillas o jugo de naranja también a miembros de la comunidad Kogui.
En el kilómetro 1.6 se llega a un mirador en donde se siente la brisa y el sonido de las olas del mar pegando en la orilla. Desde allí se ven las playas La piscinita y Cañaveral que debido a su marea y las especies que habitan en estas aguas no son aptas para bañarse.
En este lugar, turistas y visitantes se paran en una piedra y se toman fotos para inmortalizar el momento de una magia azul que se ve al horizonte.
Además, en ese instante, el caminante se puede sentar a descansar y tomar un respiro mientras toma una bebida hidratante o se come un helado que compra en este mismo lugar.
Luego, al avanzar, se llega a la primera parada técnica donde se toma agua de coco por $5.000 pesos o se compran bananos criollos, cada uno por $500 pesos a miembros de la población indígena Kogui.
En esta parada técnica, Laura y Haider reúnen al grupo con el que se llegó al Parque Tayrona y le entregan a cada uno una hoja de coca cocinada para explicar las costumbres de la población indígena Kogui con respecto a esta planta.
Los guías turísticos indicaron que la coca es cultivada por las mujeres de la población indígena Kogui. Además, la coca se usa para un ritual masculino Kogui el cual consiste en masticar la hoja de coca y con un palo que hace parte del ‘poporo’, un artefacto tradicional indígena, se moja con saliva y luego, se empieza a raspar el ‘poporo’ hasta conseguir polvo blanco con el propósito de dejar plasmados los pensamientos en el ‘poporo’.
Se sigue por el recorrido que además de pisar sendero de madera hay que subir y bajar unas cuantas escaleras y esquivar algunas piedras gigantes, mientras se ven las playas de San Felipe, Lagumarra y Arrecife en las que solo se puede tomar fotos por su oleaje y las especies marinas que viven allí.
En el kilómetro 4.2 se llega a la playa Arenilla en la que, si lo desea, se puede bañar, pero con cuidado por el oleaje.
Cuando se llega al kilómetro 5.4 se disfruta de la Piscina Natural, una playa tranquila, de arena blanca y pleno sol para broncearse. Lo mejor, es que a la entrada se puede disfrutar de un delicioso pan de chocolate, típico del Tayrona, por $6.000 u $8.000 pesos, depende del tamaño que se escoja.
Unos pasos antes, a eso de las 10:30 de la mañana hay un restaurante en el que puede dejar pedido el almuerzo mientras goza de la Piscina Natural y conoce Cabo San Juan del Guía. Hay un menú variado, desde arroz con camarones con coco, pescado frito y hasta pollo a la plancha.
Continuando el recorrido, empieza un camino de cuidado después de la Piscina Natural porque se unen los visitantes o turistas con quienes van montados a Caballo.
¡Por fin!
Aproximadamente en el kilómetro 7.5 se llega a Cabo San Juan del Guía, una playa de agua azul cristalina que es apetecida por turistas colombianos y extranjeros.
Su oleaje es medio, por lo que hay que tener precaución. Se caracteriza por su zona de camping para hospedarse varios días y desconectarse del “mundo real”.
Al horizonte, unos pasos después, en una montaña empinada, hay una cabaña con hamacas para disfrutar de la vista que ofrece Cabo San Juan del Guía mientras los turistas se toman fotos y disfrutan de la brisa que refresca el calor de los cuerpos agotados luego de una caminata con el sol de protagonista.
Puede elegir quedarse en esta playa por un tiempo y luego bajar a almorzar o, irse a disfrutar de la Piscina Natural.
A la 1:30 hay que ir a almorzar porque entre las 2 y 2:30 de la tarde hay que iniciar el regreso de 7.5 kilómetros. Tiene la opción de caminar nuevamente o retornar montado en caballo.
Más o menos, a las 3 de la tarde, si va a buen ritmo o 3:30 si va conversando y de paseo, llega al parqueadero del Parque Tayrona donde lo está esperando la camioneta para el regreso a su lugar de destino. Eso sí, se recomienda que en el camino de regreso tenga paciencia y fortaleza, pues hay tramos empinados en los que se debe respirar profundo y subirlos con calma para no quedarse colgado.