Denuncian nómina paralela y conflictos de interés en negocios del rector de la Universidad Sergio Arboleda
Uno de los directivos de la Universidad Sergio Arboleda denunció ante el Ministerio de Educación Nacional y ante la Alcaldía de Bogotá presuntas irregularidades en la institución.
Denuncian nómina paralela y conflictos de interés en negocios del rector de la Universidad Sergio Arboleda
Colombia
La Universidad Sergio Arboleda, alma mater del presidente Iván Duque, está en problemas.
Uno de sus directivos denunció ante el Ministerio de Educación Nacional y ante la Alcaldía de Bogotá presuntas irregularidades en la institución.
Las supuestas anomalías fueron puestas en conocimiento de las autoridades educativas por el abogado Leonardo Espinosa, antiguo decano de derecho y actual director general de la división de Investigación de la Sergio Arboleda.
Espinosa es recordado, sobre todo, por su elección como fiscal general ad hoc para el caso de Odebrecht.
En diciembre él le envió a la ministra de educación María Victoria Angulo y a la alcaldesa de Bogotá Claudia López, un derecho de petición de 47 páginas, que es a la vez queja y denuncia contra el rector Rodrigo Noguera.
En el documento recalca que la Sergio Arboleda no es una famiempresa sino una entidad educativa sin ánimo de lucro y sometida al control de las autoridades. Allí asegura, entre otras cosas, que hay pagos inexplicables en la universidad, una especie de nómina paralela que llega a los bolsillos de personajes influyentes y conocidos.
En El Reporte Coronell:
Por ejemplo, el señor Jorge Pretelt Chaljub —quizás ustedes lo recuerden, es el corrupto exmagistrado de la Corte Constitucional condenado en primera instancia por pedir 500 millones de pesos por un fallo de tutela—, según la denuncia ese caballero, recibía pagos de la Universidad Sergio Arboleda sin hacer nada, mientras era magistrado de la Corte Constitucional.
Otro de los beneficiarios de esos pagos fantasmas, de acuerdo con el documento, es el doctor Francisco Barbosa antes de llegar a la Fiscalía. La denuncia dice textualmente: “Pocos días antes de ser elegido Fiscal General de la Nación, estando en el cargo de Alto Consejero para los DD.HH. de la Presidencia, se hizo nombrar como docente-investigador de la Escuela Mayor de Derecho, recibiendo varios millones de pesos mensuales, durante cerca de un año, sin haber hecho prácticamente nada representativo para la Universidad en ese periodo, ni dictado o impartido clases. Simplemente cobró millonarias sumas de dinero, por no hacer nada”.
Otro de los que ordeñaba la institución educativa, según la denuncia, es el exalto comisionado de paz y risible autocandidato presidencial Miguel Ceballos.
De acuerdo con el denunciante: “como Alto Consejero Presidencial conservaría varios millones de ingreso mensual, pagados por la Universidad Sergio Arboleda, bajo la apariencia de unas clases y algunas labores de apoyo a la investigación. Actividades respecto de las cuales se le autorizó una Profesora Auxiliar que resultó dictando, en su reemplazo, muchas de las clases que se suponía debía atender Miguel Ceballos”.
En este listado de posibles beneficiarios de pagos no justificados, el denunciante Leonardo Espinosa menciona al condenado exministro Andrés Felipe Arias, quien a pesar de estar preso recibiría beneficios de la universidad a través de familiares suyos.
El documento solicita que el Ministerio de Educación revise si la Sergio Arboleda le ha efectuado pagos a su esposa Catalina Serrano y a su suegro César Augusto Serrano.
Otro aspecto de la denuncia que llama la atención es la compra de una finca en Casanare llamada “Los Tres Hermanos”. La propiedad fue adquirida por la sociedad R y Z Guadalupe SAS, cuyo representante legal es el rector Rodrigo Noguera. El denunciante anota además que R coincide con la inicial de Rodrigo y Z con la de su esposa Zaida Barrero.
Lo curioso es que parte del valor de la finca le fue pagado a los vendedores con 200 millones de pesos en cheques girados por la Universidad Sergio Arboleda.
Esta no es la única tierra en el llano en la que tiene intereses el rector. También está la Hacienda Humapo, cuyo propietario ERA una empresa llamada Juridicasa también controlada por Rodrigo Noguera. Y digo era porque miren lo que hicieron y que está probado documentalmente.
La empresa Juridicasa, de Noguera y su familia, le donó la Hacienda Humapo a la Fundación para el desarrollo de la Universidad Sergio Arboleda, Fundeusa. ¿Y qué es Fundeusa? Una entidad sin ánimo de lucro cuyos únicos directivos registrados son el propio rector Noguera y su hijastro el exministro del deporte Ernesto Lucena Barrero.
Miren ustedes cómo fue la operación: La fundación Fundeusa, gozando las exenciones de impuestos que le da su condición de entidad sin ánimo de lucro, se quedó con el título de la propiedad, pero el usufructo, es decir la explotación de la finca, siguió en cabeza de R y Z Guadulupe S.A.S, la otra empresa controlada por el rector de la que ya hemos hablado.
En las últimas horas me comuniqué con Rodrigo Noguera, rector de la Universidad Sergio Arboleda, para conocer su versión sobre estas delicadas denuncias. Quizás porque era festivo y no estaba en su oficina, lo encontré un poco frágil de la memoria.
El doctor Noguera me dijo que no recordaba que la Universidad le hubiera hecho pagos al condenado Jorge Pretelt, siendo magistrado, pero admitió que si hubiera sido así, debía ser por dar clases.
En contraste, el denunciante Espinosa -que era el decano de Derecho- asegura que jamás Pretelt dio clases siendo magistrado y que además de cobrar por hacer nada, llamaba a pedir aumento.
Sobre el hoy fiscal Francisco Barbosa, el rector Noguera tampoco logró acordarse.
(Francamente el rector tiene que tomarse una cucharadita para la memoria: ¿cómo se la va a olvidar si la universidad le ha pagado o no a semejantes personajes?)
Bueno, cuando le hablé del suegro y de la esposa de Andrés Felipe Arias reconoció que César Augusto Serrano ha estado vinculado a la Sergio Arboleda, pero aseguro que los pagos que ha recibido son a cambio de su trabajo. Dice que no es nada relacionado con Andrés Felipe Arias (quien, a propósito, fue a visitar al rector en su primer permiso de salida de la cárcel y eso que él es andino y no sergista).
Sobre pagos a la esposa de Arias, Catalina Serrano, tampoco se acuerda.
Cuando le pregunté acerca de Miguel Ceballos, por un segundo se encendió un relámpago en sus recuerdos, y oigan lo que me contestó sobre la afirmación del denunciante: “En eso sí, se equivocó”. Y afirmó que Ceballos sí había dado clases en la escuela de política.
El denunciante asegura que la profesora auxiliar era la que realmente trabajaba y que Ceballos fue sacado y después recontratado por orden de Noguera.
Con lo de las fincas, las explicaciones fueron estas:
El rector Noguera inicialmente dijo que era falso que parte de la finca ‘Los Tres Hermanos’ se hubiera pagado con plata de la universidad.
Cuando le conté que el pago fue realizado con cheques que son rastreables (imagínense ustedes si alguien llega a encontrar las copias de los cheques). Ahí el doctor Noguera matizó su respuesta y aseguró que quizás el pago se dio porque algún pariente de él tenía depositado dinero en la universidad y se lo estaban pagando de esa manera.
Hasta donde se sabe, la Sergio Arboleda no es una entidad financiera donde se puede depositar dinero. Además, hay un dato muy relevante, cuando se fundó la sociedad R y Z Guadalupe SAS, propietaria de la finca, el 100 por ciento de las acciones pertenecía al señor rector Rodrigo Noguera. Tengo los documentos que lo prueban.
Sobre la rara operación de la donación de una finca por parte de una sociedad gerenciada por él a una fundación de la Universidad Sergio Arboleda, pero conservando el usufructo de la propiedad, el rector Noguera dijo que la donación fue un acto de generosidad suya para fortalecer económicamente a la fundación.
También dijo que la fundación paga el impuesto predial de la propiedad.
Pues el impuesto predial sí, pero las fundaciones solo pagan 20 por ciento de impuesto sobre la renta o cero si lo reinvierten en su objeto.
También es innegable que fue un negocio hecho entre ellos mismos.
Una empresa de la que son fundadores el rector Noguera, su esposa Zaida Barrero, el hijo de doña Zaida, el exministro Ernesto Lucena, y las dos hijas del rector; le donó la hacienda a una fundación en la que los únicos miembros del consejo directivo son el rector Noguera y su hijastro el exministro Ernesto Lucena.
Eso es un “yo con yo” donde lo pongan.
Nadie espera que, en el gobierno de Iván Duque, o en cualquier otro gobierno uribista, avance una investigación contra la Universidad Sergio Arboleda.
Como sea, el Ministerio de Educación anunció en los últimos días que su oficina de Inspección y Vigilancia efectuará una visita focalizada a la Sergio Arboleda.