Economía

Asovinos calificó como improcedente estrategia para reducir consumo de bebidas embriagantes

Asovinos pidió al Gobierno tener en cuenta su preocupación frente a la estrategia que se quiere implementar para los próximos 8 años.

Preocupación en Asovinos por estrategia para reducir consumo de bebidas embriagantes Foto: Getty Images

Asovinos calificó como “improcedente y desfasado” un plan de acción contemplado para el periodo 2022 – 2030, con el cual se busca implementar la EMRUNA, que es la Estrategia Mundial de Reducción del Uso Nocivo del Alcohol y el cual, según la Asociación de Productores, Importadores, Distribuidores y Comercializadores de Vino en Colombia, solo será posible de realizar a través de restricciones y prohibiciones.

La estrategia que es impulsada por la Organización Mundial de la Salud para Asovinos es una de las más agresivas ya que “pretende restringir la disponibilidad de bebidas alcohólicas e incrementar los precios de las mismas a través de impuestos”, asegurando que su implementación, en estricto sentido, “puede conllevar efectos colaterales que pondrían en riesgo la salud pública, porque acrecentaría desproporcionadamente el consumo de bebidas alcohólicas de origen ilegal”.

Por su parte, Luz María González, presidenta de Asovinos, dijo “la OMS no puede desconocer las políticas de autorregulación que han demostrado resultados positivos en el mundo. Asovinos, por poner un caso, ha empezado a implementar un estricto protocolo de autorregulación donde se ataca problemáticas como el consumo nocivo de bebidas alcohólicas, el consumo en menores de edad, en mujeres en estado de embarazo, en deportistas, en personas en tratamiento médico, al comercio ilícito, así como a la conducción bajo los efectos del alcohol”.

Como argumento del no funcionamiento de la estrategia que se plantea para los próximos años, la Asociación citó un reciente estudio, de Euromonitor International el cual demostró “que las prohibiciones de acceso a canales formales de venta, que se han implementado durante la emergencia generada por el COVID-19, se han traducido en un crecimiento del negocio ilícito de bebidas alcohólicas. Así, el comercio ilícito aumentó un 9,7 % en América Latina durante la pandemia y se calcula que, al cierre del 2020, se habrían comercializado 750 millones de botellas de un litro por fuera de la legislación de cada país. Hoy Colombia es el país con mayor porcentaje de crecimiento de actividad ilícita con un 10,6 % más, comparado con los niveles de 2019″.

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Por otro lado, la presidenta Gonzáles expresó que otra gran preocupación que tiene el sector es porque que no se tiene claridad sobre qué es el consumo de bebidas alcohólicas y el consumo nocivo de las mismas, allí dijo “también nos genera gran inquietud y preocupación cómo no se hace distinción entre el consumo de bebidas alcohólicas y el consumo nocivo de las mismas en la estrategia SAFER, porque se aleja de lo contemplado en el Plan Mundial 2010 – EMRUNA, en el cual se insistía precisamente que las políticas de consumo de bebidas alcohólicas se debían centrar en la reducción del consumo nocivo o problemático de alcohol y no dar mensajes indistintos con relación al consumo en sí mismo, lo que no se cumple con la meta de reducción del 20 % del consumo de alcohol per cápita, que es lo que se contempla en esta proyección y que es gravísimo para la industria legal”.

Para esta preocupación, Asovinos añadió que al no hacer distinción entre el consumo moderado y el consumo nocivo, también se desprestigia el vino que es una de las bebidas más antiguas de la historia de la humanidad y con la que se han identificado muchas culturas, antiguas y modernas.

Finalmente, Asovinos pidió que se tengan en consideración tanto del Estado colombiano, el Ministerio de Salud y la misma OMS, todas las preocupaciones ya expuestas y que han surgido por la posible implementación de la EMRUNA, la cual calificó en su cierre de pronunciamiento como ineficaz para reducir de forma considerable la morbilidad y mortalidad relacionadas con el consumo nocivo de alcohol y sus consecuencias sociales.

Hasta el momento no se conoce pronunciamiento del Gobierno ni de la OMS sobre el tema.