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¿Quién era Giselle ‘la Mona’ Jaller, la mujer que recibió la eutanasia en El Buen Pastor?

La mujer estuvo recluida en la cárcel El Buen Pastor de Bogotá tras su captura en 2019 por los delitos de falso testimonio y falsificación de documentos.

Giselle Jaller, conocida como ‘la Mona’, fue capturada en Bogotá en el año 2019 para cumplir una condena por fraude procesal

Colombia

En la cárcel para mujeres El Buen Pastor en Bogotá murió Giselle Jaller Jabboul, más conocida como la ‘Mona Jaller’, quien es reconocida por hacer participado en múltiples estafas contra empresas y altos mandos del Ejército Nacional.

Médicos especializados le aplicaron la eutanasia luego de que le diagnosticaron una fuerte afección en la salud que, por solicitud propia desde antes de fallecer, no se hizo pública.

“Dicho procedimiento fue realizado en cumplimiento al derecho que le asiste a la PPL (personas privada de la libertad) a morir con dignidad, de acuerdo con la sentencia C233 de 2021 proferida por la Corte Constitucional y la Resolución 971 de 2021 emitida por el Ministerio de Salud y Protección Social (donde se avala el procedimiento)”, informó el Inpec.

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La mujer permanecía recluída en ese centro carcelario desde el año 2019, cuando fue capturada en el barrio Bella Suiza.

Jaller Jabboul fue enviada a prisión 11 años por los delitos de fraude procesal, falsa denuncia y falso testimonio, tras una sentencia proferida por el juzgado noveno de Bogotá, por hechos relacionados con una estafa al entonces Banco Ganadero.

Durante su proceso se evidenció que indujo a un juez para que ordenara a una entidad financiera el pago de 20 millones de dólares por un supuesto fraude procesal y, además, se hizo pasar por la representante legal de la firma Inter Terra SAS, para que le adjudicaran millonarios contratos en las Fuerzas Militares.

Así mismo, fue protagonista de un escándalo en los años noventa por un contrato para la fabricación de elementos militares a través de mencionada firma.

La estafa más conocida fue la que les hizo a los altos mandos militares haciéndose pasar por una exitosa empresaria. Se ofreció para ganar un contrato con el Ejército para la fabricación y suministro de pertrechos militares cuando Indumil es la única empresa oficial autorizada para fabricar armamentos y municiones en Colombia.

Otro contrato era para hacer un arma para los cadetes de la Escuela Militar José María Córdoba, que no era de ataque ni de defensa, sino un símbolo de la pertenencia a la institución armada que la exhiben los militares en desfiles.