Policía que agredió a vendedora de tintos le impuso multa por $7 millones a la mujer
Daniel Coronell reveló que el patrullero le impuso a la mujer un comparendo por “irrespeto a la autoridad”
Policía que agredió a vendedora de tintos le impuso multa por $7 millones a la mujer
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(Colprensa - Álvaro Tavera)
Bogotá
El video publicado inicialmente en las redes sociales por el representante a la Cámara Inti Asprilla ha ocasionado miles de reproducciones y comentarios.
Se ven dos patrulleros de la Policía hablando con una vendedora de café en la calle, una comerciante informal parecida a decenas de miles de personas que tienen que ganarse la vida con el rebusque en las calles de Colombia.
Uno de los agentes permanece en la motocicleta, mientras que la otra, porque es una mujer policía, conversa con la vendedora de tintos. Hasta ahí no hay señal alguna de violencia.
De pronto el policía de la moto se baja con calma, sin mostrar ninguna prisa o emoción, se ve como apaga el vehículo tranquilamente, mira, toma impulso y le propina una violenta patada al puesto de café. El golpe hace saltar por el aire los termos, los pequeños vasos desechables y todo cuanto la mujer tenía para ganarse la vida.
Después vuelve a la moto y toma el bastón, el bolillo como se conoce popularmente, y le dice algo a la vendedora.
Aunque la imagen fue difundida hace apenas unos días, ocurrió en el mes de agosto en la zona de Patiobonito en Bogotá.
La vendedora se llama Leidy Carolina Saavedra, tiene 31 años y es madre cabeza de familia de tres niños. La menor de ellos tiene 6 años y padece afecciones respiratorias.
Ella tiene que alimentar a sus hijos y por eso desde hace año y medio vende tinto, café con leche, chocorramo, galletas, brazos de reina, liberales y cigarrillos menudeados.
En los días buenos le quedan 40 o 50.000 pesos, pero la mayoría de las veces solo gana 20 mil que tiene que estirar mucho para alimentar a su familia.
Cuando la imagen se conoció, el general Eliécer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana, informó que el agente cuyo nombre es Diego Rodríguez Poloche fue apartado de la institución.
Sin embargo, los problemas para la vendedora no pararon ahí.
El patrullero le impuso a Leidy un comparendo por “irrespeto a la autoridad” en el que asegura que ella agredió verbalmente a la patrullera, que se opuso físicamente a un arresto y que la destrucción de su puesto de trabajo fue un accidente. Les leo textualmente:
“Yo al escuchar que la señora estaba alterada, me acerco a la señora y le solicito la cédula, pero esta señora sigue grosera y opté por ponerle las esposas y al momento que trato de ponérselas tropiezo con una baldosa y le volteo unos termos a la señora, pero de igual forma le manifiesto verbalmente que yo le respondía si le causé daños a sus termos”.
Lo que afirma el comparendo está desmentido por las imágenes. Quien las vea en la página de la W podrá observar que el agente Rodríguez Poloche no se tropezó, sino que deliberadamente le dio un puntapié al puesto de café.
Lo más grave es que el comparendo le fija una multa a la vendedora de 8 salarios mínimos legales vigentes. Algo más de siete millones de pesos, una suma que ella no tiene cómo pagar.
Leidy Carolina Saavedra manifestó en El Reporte Coronell que “me dijeron que el patrullero había sido sustituido. Me contaron que al patrullero le dieron 14 meses de prisión, pero nadie me ha mostrado nada, simplemente me lo han dicho de palabra”.
“Me dijeron que me pagaran el puesto, ese era mi sustento. La respuesta que me dio la patrullera es: ‘muy de malas por usted, porque yo si tengo un trabajo fijo’. Yo le dije que salgo a trabajar honradamente”, indicó.
Por su parte, el general Eliécer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana, señaló que “el comparendo es tipo 2. Tengo entendido que el comparendo está revocado y se le hará el acompañamiento a la señora Leidy”.
Pues esos son los hechos. La Policía está para proteger a los ciudadanos y no puede, ni debe usar la fuerza sino en casos excepcionales para resguardar la vida propia o la de otras personas.
Por lo demás la Policía no tiene facultades punitivas. La labor de los uniformados no es castigar a la gente. En una situación que no represente peligro -como esta- su tarea consiste en llevar al posible infractor ante una autoridad competente respetando siempre sus derechos, no destruyendo sus escasas pertenencias.