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El drama político que viven César Gaviria y Germán Vargas Lleras

Daniel Coronell reveló detalles de los días difíciles que están pasando los jefes de las más grandes maquinarias políticas.

El drama político que viven César Gaviria y Germán Vargas Lleras

Los jefes de dos de las más grandes maquinarias políticas del país están pasando días difíciles.

El expresidente César Gaviria, director del Partido Liberal, y Germán Vargas Lleras, presidente de Cambio Radical, están enfrentando algo parecido a una toma hostil de sus colectividades.

Por un lado, se empiezan a presentar algunos síntomas de erosión en las filas liberales. A la separación del senador Luis Fernando Velasco quien ya se fue para el pacto histórico de Gustavo Petro podría sumarse en los próximos días la partida de los senadores Rodrigo Villalba, Andrés Cristo, Guillermo García Realpe y Jaime Durán Barrera, hoy ellos quieren sumarse a la llamada coalición de la esperanza.

Como si fuera poco el senador caldense Mario Castaño, quien ya ha hecho alianzas locales con el uribismo, está acercándose a la llamada coalición de la experiencia. Según dicen amigos suyos siente afinidad por Fico Gutiérrez. Otros más prácticos sostienen que la afinidad del senador Castaño es realmente con el gobierno Duque que lo ha tratado divinamente.

A eso podría sumarse el santandereano Miguel Ángel Pinto, quien arrancó hace años siendo serpista, pero se acercó mucho al partido de gobierno, el Centro Democrático, por cuenta del apoyo que el uribismo le dio a la aspiración de su esposa a la alcaldía de Bucaramanga. El también quiere irse con los Ficos.

Mauricio Gómez Amín, senador liberal del Atlántico, es un hombre de Alejandro Char, una especie de submarino charista dentro del liberalismo y se moverá para donde diga Char.

Es decir más de la mitad de la bancada, ocho de los catorce senadores liberales estarían buscando acomodarse en las presidenciales, desde ahora, sin importar lo que piense o decida el jefe del partido el expresidente Gaviria.

Por su lado, César Gaviria viene diciendo --después de la ruptura con Alejandro Gaviria-- que no va a tomar decisiones precipitadas y que no hablará de candidaturas presidenciales hasta expedir los avales para las parlamentarias.

Sin embargo, como van las cosas, para cuando llegue ese momento podría estar consolidada una situación de hecho que obligue al partido liberal, por primera vez en sus 173 años, a dejar en libertad a sus miembros para que se vayan con el candidato que les parezca.

Forzar una decisión en otro sentido podría causar una división mayor e irreparable que desdibuje al Partido que ha elegido 27 presidentes de Colombia.

Germán Vargas Lleras, jefe de Cambio Radical, vive su propio drama.

La bancada no se reúne presencialmente desde hace dos años y las reuniones virtuales terminaron hace un año porque todo lo conversado se sabía. (Afortunadamente, digo yo)

Un porcentaje cercano al 30 por ciento de la bancada parlamentaria de Cambio Radical se mueve ya en la órbita de Alex Char. Entre otros senadores: su hermano Arturo Char, Didier Lobo el senador del César, Ana Maria Castañeda de Sucre, Luis Eduardo Díaz-Granados de Atlántico, Daira Galvis de Bolívar y Antonio Luis Zabaraín del Magdalena.

La influencia de los Char va más allá de la costa. En las cuentas de algunos ya tienen en el bolsillo al senador valluno José Luis Pérez Oyuela e incluso a Richard Aguilar, miembro del cuestionado clan político de Santander. Es decir 8 de los 16 senadores de Cambio Radical ya están con Char y podrían ser más.

Aunque Germán Vargas Lleras conserva trato cordial con Fuad Char, el patriarca de la familia, su relación con Alex Char está congelada varios grados bajo cero.

Hace más de dos años que no cruzan palabra, ni en persona, ni por teléfono. Las cosas que ya iban mal entre ellos empeoraron con el escándalo del ministerio de las Tic.

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Parece que Alex Char se sintió personalmente ofendido por las críticas que, desde su columna en El Tiempo, Germán Vargas Lleras le ha hecho a la cuestionada ministra Karen Abudinen que es ahijada y cuota política de Char.

A Vargas Lleras le están pidiendo el aval de Cambio Radical para Enrique Peñalosa, quien ya está viendo imposible conseguir en los días que faltan el número de firmas que necesita para inscribirse. Ese aval también lo quiere Rodrigo Lara Restrepo, quien no siente abierta la puerta del Nuevo Liberalismo partido para el cual podría mudarse por la decisión de la Corte Constitucional.

Como sea dos grandes jefes políticos: César Gaviria y Germán Vargas Lleras no la tienen fácil hoy, en un escenario donde nada es lo que parece ser.

Y a propósito de eso les tengo un dato adicional: Como ustedes saben ayer el Centro Democrático proclamó a Óscar Iván Zuluaga como su candidato, aunque muchos piensen que sigue siendo precandidato y llanta de repuesto porque el corazón del expresidente Álvaro Uribe realmente está en otra parte.

Pues bien, el mismo día de la modesta coronación de Zuluaga, Mateo Restrepo --un ahijado de Óscar Iván a quien impulsó hasta convertirlo en consejero presidencial de Álvaro Uribe para la política anticíclica -- estuvo almorzando con… Fico Gutiérrez.

Ocurrió en el restaurante Gitane de la calle 83 de Bogotá.

Fico y el antiguo zuluaguista estaban felices haciendo las cuentas de los 10 millones de votos que, según ellos, tiene la coalición de la experiencia (Coalición de la apariencia la llamó ayer Roy Barreras en lúcido apunte)

Alrededor de las albondiguitas de cordero y el falafel con labneh, festejaron desde ya el paso a la segunda vuelta de Fico con la coalición uribista y continuista de Duque. Casi siempre es mejor celebrar después de los resultados.