El arte conecta a los bogotanos con el dolor de la guerra en Montería
El colectivo 'No tenemos miedo' realiza una exposición en un túnel de TransMilenio, en la que narra el despojo y la violencia que vivió la comunidad de Cedro Cocido (Montería).
Por: Susana Noguera Montoya
Una exposición de arte en pleno centro de Bogotá busca conectar a los habitantes de la capital colombiana con el dolor de la guerra en Montería y con la esperanza de las víctimas respecto a la restitución de tierras.
Fotografías, espejos en acero y un cómic periodístico en gran formato adornan las paredes del túnel que conecta las estaciones de TransMilenio -el sistema de transporte masivo de Bogotá- de Universidad y Aguas, en el corazón del transporte público de la ciudad.
Las piezas narran el despojo y la violencia que vivió a manos de los paramilitares la comunidad de Cedro Cocido, en la zona rural de Montería, en el departamento de Córdoba, al noroccidente del país.
“Vende usted o vende la viuda”, dice una inscripción en letras negras pegada sobre una pared del túnel. Esa frase resume el dolor del despojo de tierras en Córdoba. Con ella el clan Castaño, fundador de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), les robó a los campesinos sus tierras y los obligó a huir con sus hijos y sus pocas pertenencias a cuestas.
Ahora la frase hace parte de varias piezas de esta exposición artística. Está tanto en el cómic que narra el desplazamiento forzado como en la presentación de la obra.
Los transeúntes que caminan a toda prisa por el pasillo se encuentran con las fotos de la vida cotidiana en Cedro Cocido: un niño cabalga en un colorido atardecer, una mujer posa al lado de las vacas que le dan la leche con la que luego puede hacer queso y suero.
Más adelante hay espejos de acero que reflejan la cara del espectador. “Es para que vean su cara reflejada en la historia”, explica Javier Forero, de 24 años, uno de los jóvenes del colectivo 'No tenemos miedo' que, junto con la Unidad de Restitución de Tierras y el periódico El Tiempo, desarrollaron la iniciativa.
Los sonidos que inundan el ambiente en Cedro Cocido fueron reproducidos en TransMilenio como parte del paisaje sonoro de la obra. El sonido de los motores y los pitos de los carros en las avenidas bogotanas se mezclaron por unos minutos con el ruido de los pájaros, el viento y las risas de los niños de la comunidad.
“Hemos querido plasmar esa sombra que nos dejó el proceso de desplazamiento y también lo que significa haber restituido nuestras tierras nuevamente”, relata Liliana Rodríguez, una de las sobrevivientes de la violencia en Córdoba.
La exposición en Bogotá es parte de una serie de acciones artísticas que ha desarrollado el colectivo 'No tenemos miedo'. Entre ellas se encuentra un mural que hicieron en Cedro Cocido.
El arte, opina Liliana, es un medio que “entra por los ojos” y llega más a las personas. “Las ayuda a comprender”.
La restitución de las tierras
Esta exposición artística es apenas uno de los resultados del largo proceso de restitución de tierras que han vivido los campesinos de esa zona rural de Montería.
Las 1.410 hectáreas de la hacienda Cedro Cocido fueron arrebatadas a los campesinos por los hermanos Castaño Gil, máximos jefes de las AUC en la década de los 90 en Córdoba y Urabá.
“Lo que vivieron mis papás era horrible. Había mucha muerte, se encontraban muertos tirados en la carretera, cabezas por ahí. A mi esposa, por ejemplo, le mataron un hermano”, recuerda Rafael Álvarez, uno de los habitantes de Cedro Cocido.
La desmovilización de las AUC en 2005 abrió las puertas para empezar un proceso de restitución de tierras. La recuperación de las primeras 340 hectáreas de tierra fue ordenada por el Juzgado Segundo Civil Especializado en Restitución de Tierras en agosto de 2013. El predio está ubicado en la vereda el Tronco, jurisdicción del corregimiento Leticia, en zona rural de Montería.
“Nosotros teníamos pensado que nos iban a entregar las tierras solamente. Resultó que nos llegaron con un paquete bien bueno donde nos dicen: recupera tus tierras, te la cercamos, hacemos el establo, la represa de agua y te entregamos el ganado”, cuenta emocionado Rafael Álvarez, quien hoy es representante legal de una asociación de productores de leche cruda y refrigerada.
Cada parcela produce unos 20 litros de leche diarios y ya han empezado a preparar quesos y sueros para vender productos terminados, así como la leche cruda.
“El campo como empresa es un negocio muy rentable y lo que esperamos es que este nuevo gobierno siga con la idea de que el Estado llegue al campo”, añade Álvarez.
Como Liliana Rodríguez y Rafael Álvarez, 38.954 víctimas del conflicto en Colombia han sido restituidas. En total se han devuelto 302.548 hectáreas de tierra.
Para Álvarez la restitución, el trabajo entre comunidades y el Estado, así como el arte, son herramientas efectivas para construir la paz. “Eso es hacer reconciliación, perdón y olvido. Eso es hacer paz”, concluye.