Siguen las protestas en Sudán una semana después de derrocado Bashir
Una semana después de que los militares sudaneses derrocaran al presidente Omar al Bashir las manifestaciones continúan este jueves para poner fin con todo el régimen.
Miles de sudaneses se congregaron por 13º día consecutivo frente al cuartel general situado en el centro de la capital sudanesa.
Este jueves aumentó la asistencia de los manifestantes que coreaban "poder a los civiles, poder a los civiles" y "libertad, paz, justicia", según un testigo.
Bashir, de 75 años, terminó sus tres décadas en el poder el 11 de abril, destituido por un golpe de Estado militar al cabo de cuatro meses de manifestaciones que comenzaron por el aumento drástico del precio del pan que dio lugar a un rechazo general al régimen.
"Es muy difícil avanzar en la parte central de la manifestación pues hay centenares y centenares de personas en las vías que conducen al cuartel general", indicó un testigo a la AFP.
"Es la primera semana de mi vida sin Bashir", dice a AFP Tareq Ahmed, ingeniero de 28 años, que participa desde hace 13 días en una sentada delante del cuartel general de las Fuerzas Armadas en el centro de Jartum.
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"Estoy orgulloso de lo que mi generación hizo al dictador", agregó.
Desde el 6 de abril, miles de sudaneses acampan delante del cuartel militar, a pesar del agobiante calor durante el día.
Al principio pedían que Bashir se fuera, ahora exigen que se disuelva el Consejo Militar de transición que tomó el poder, y que se instaure un poder civil.
Maestros también llegaron a la manifestación con retratos de su colega Ahmed al-Kheir, quien sucumbió en enero a heridas sufridas cuando estaba detenido.
Centenares de personas del barrio de Bahari (norte de Jartum) llegaron con banderolas que decían: "Bashir ante la justicia".
- 'Revolución inacabada' -
"El mensaje que queremos transmitir es que no nos iremos hasta que alcancemos nuestros objetivos", declaró Ahmed delante del cuartel.
Bashir llegó al poder con un golpe de Estado en 1989 apoyado por los islamistas. Desde entonces dirigió al país con mano de hierro, en medio de varias rebeliones en diferentes regiones, entre ellas la de Darfur (oeste) en donde los arrestos de los líderes de la oposición, de militantes y periodistas eran regulares.
El mandatario derrocado tiene órdenes de captura de la Corte Penal Internacional de La Haya por "genocidio" en Darfur, pero las autoridades actuales se niegan a extraditarlo.
El miércoles, Bashir, que estaba detenido en un lugar secreto, fue trasladado a una cárcel del norte de Jartum, indicó uno de sus allegados. El Consejo Militar anunció ese mismo día el arresto de dos de sus hermanos.
El ministro de Defensa de Bashir, el general Awad Ibn Ouf, había tomado la dirección del Consejo de transición el 11 de abril. Pero un día después dimitió y fue reemplazado por el general Abdel Fatah al Burhan, un militar poco conocido.
"Queremos que el Consejo militar sea disuelto y reemplazado por un consejo civil que incluya representantes de los militares", dijo Mohamed Naji, un responsable de la Asociación de Profesionales Sudaneses (SPA), un grupo que está en la primera línea de la revuelta.
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"Queda cada vez más claro que la revolución está inacabada", declaró a AFP Alan Boswell, analista del International Crisis Group (ICG). "El cuerpo de seguridad sigue en el poder y claramente resiste a las exigencias de que ceda el poder".
Alan Boswell considera que los manifestantes no se equivocan cuando denuncian que los miembros del Consejo militar pertenecen a la élite dirigente de Bashir.
Pero evoca no obstante un "cambio". "Si se incluye a Salah Ghosh, tres dirigentes se retiraron en una semana", señala. Ghosh, jefe del servicio de inteligencia y seguridad (NISS), dimitió luego de la destitución de Bashir.
Se acusa al NISS de haber reprimido a los manifestantes, represión que dejó 60 muertos y centenares de heridos. Miles de personas fueron además detenidas.
La Unión Europea y Estados Unidos llamaron a las nuevas autoridades a incluir civiles en el poder. La Unión Africana amenazó el lunes con suspender a Sudán si los militares no dejan el poder a una autoridad civil dentro de los 15 días.