¿Por qué la frontera con Irlanda es el principal obstáculo para el brexit?
Los parlamentarios siguen en desacuerdo con la cláusula del respaldo, que define el manejo de la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Reino Unido decidió abandonar la Unión Europea hace poco más de dos años, pero el camino no ha sido fácil y la incertidumbre reina en la región, pues aún no se cuenta con el suficiente apoyo en el Parlamento para poder lograr que el brexit sea una realidad y mucho menos que se dé en la fecha en que se tenía pensado originalmente, la del 29 de marzo, dentro de tres días.
Pero ¿Por qué los parlamentarios no logran llegar a un acuerdo con el Gobierno británico? El centro del conflicto reside en la naturaleza de la frontera que se maneja entre Irlanda del Norte, una de las cuatro regiones que conforman el estado regional de Reino Unido y la República de Irlanda, una de las naciones pertenecientes a la Unión Europea.
El problema no solo tiene que ver con el hecho de que, al separarse del bloque, esta frontera sería el único espacio terrestre que divide al Reino Unido de la Unión Europea, sino que los residentes también temen volver a los días de oscuridad que vivieron hace algunas décadas en caso de que se instaure una frontera 'dura' y se instalen aduanas en la zona.
Los norilandeses tienen algo seguro y es que no quieren regresar a los tiempos de “The Troubles”, como se le llamó a una época de conflictos, que transcurrió entre octubre de 1968 hasta 1998 y dejó miles de muertos.
The Troubles
En lo corrido de tres décadas, Irlanda del Norte fue el escenario de una serie de enfrentamientos que causaron la muerte de unas 3.500 personas.
Los conflictos estallaron en 1968, en una zona donde vivía una mayoría cristiana protestante que se mostraba a favor de adherirse al Reino Unido y una minoría católica que buscaba o bien la independencia, o unirse a la República de Irlanda. Estos últimos, a la vez, denunciaban que eran marginados en varios ámbitos como el social y el político, por lo que empezaron a organizar una serie de marchas donde exigieron que se les respetaran sus derechos civiles.
Eventualmente las manifestaciones se tornaron violentas, especialmente en las ciudades de Londonderry y Belfast.
Las protestas y la violencia aumentaron progresivamente hasta la década de los 70, sobre todo en el 72, cuando murieron cerca de 480 personas.
El Ejército Republicano Irlandés (IRA), que buscaba una Irlanda Unificada y la Asociación de Defensa del Ulster (UDA), leal al Reino Unido, fueron los dos grupos armados principales que aterrorizaron a Irlanda del Norte durante "The Troubles".
La ciudad de Londonderry, conocida como Derry por su mayoría de población nacionalista irlandesa, fue el escenario de una infame masacre en enero de 1972 conocida como Domingo Sangriento (Bloody Sunday), cuando miembros del Regimiento de Paracaidistas de élite de Gran Bretaña dispararon a 27 personas desarmadas en una protesta de derechos civiles.
13 víctimas murieron ese día y una más sucumbió a las heridas un mes después.
La rabia producto de la tragedia del Domingo Sangriento se sintió en todo el mundo, pues fue transmitida por televisión y creó una ola de nuevos reclutas para formar parte del Ejército Revolucionario Irlandés (IRA), la organización paramilitar revolucionaria irlandesa.
Acuerdo de Belfast de 1998
A lo largo del conflicto, las partes y los gobiernos británicos e inglés intentaron comprometerse en diálogos y altos al fuego, como lo fue el fallido Acuerdo de Sunningdale en 1973 o el cese al fuego declarado por IRA en el 75.
Pero se siguieron presentando periodos de violencia, destacando las huelgas de hambre de 1980 y 1981, el atentado de Shankill Road de 1993; los numerosos actos violentos a manos de los grupos paramilitares en la región en lo transcurrido de estos años hasta 1994, cuando se declaró un nuevo cese al fuego y se logró iniciar un largo proceso de paz que culminó en 1998 con el Acuerdo de Belfast.
El Acuerdo de Belfast de 1998, apodado el Acuerdo del Viernes Santo, fue firmado el 10 de abril de 1998. La consecución de la paz se logró después de ese periodo de violencia que terminó con 3.500 muertos y unos 47.000 heridos.
Con el acuerdo se logró el desarme de los paramilitares y la condición de que la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del norte no tendría controles físicos, entre otros aspectos gracias a los cuales el conflicto quedó atrás.
Pero apenas han pasado 20 años desde que este acuerdo fue firmado y ahora los norirlandeses critican que, con la llegada del brexit, se va a violar precisamente uno de los puntos del Acuerdo del Viernes Santo, que tiene que ver con la 'frontera dura'.
Brexit
En junio de 2016, los ciudadanos de Reino Unido acudieron a las urnas para tomar una decisión que cambiaría la agenda del país en los años venideros. Un 51% de los votantes decidió el 23 de ese mes que el Reino Unido abandonaría la Unión Europea después de haber pertenecido a este bloque por más de 40 años.
Pero los resultados de este referendo fueron diferentes en algunas regiones. Mientras que en Inglaterra el Leave (abandonar) dominó las votaciones con un 53%, en Irlanda del Norte, el 56% de la población prefirió el Remain (permanecer), por fantasmas del pasado que podrían amenazar con resurgir dependiendo de cómo fuese manejado el brexit.
El principal desacuerdo sobre el tema de la frontera ha sido el de mantener a Irlanda del Norte en el mercado único de la UE y en la Unión Aduanera después del brexit, todo hasta que se encuentre una solución, ya que crea una especie de frontera dentro del Reino Unido en el mar de Irlanda.
La frontera en este momento es invisible y las personas, bienes y servicios pueden transportarse a través de ella libremente. Pero después de que Reino Unido abandone la UE, esta frontera, técnicamente, necesitará algún tipo de control.
La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, ha dicho que el gobierno no cedería a ninguna solución que dividiera a Reino Unido y negoció un respaldo en todo el país.
Debido a la naturaleza sensible de la región y al hecho de que el libre paso es uno de los artículos cruciales del Acuerdo de Belfast, tanto Reino Unido como la UE, Irlanda del Norte e Irlanda rechazan la idea de regresar a una frontera dura donde se requiera la instalación de puestos de control y edificios aduaneros.
Sin embargo, esta concesión de la UE no logró impresionar al Parlamento británico, pues este nuevo tipo de respaldo no tenía una fecha de finalización clara y las partes no podían terminarlo unilateralmente.
El acuerdo aprobado por May y los funcionarios de la UE fue rechazado dos veces por el Parlamento británico y, faltando solo dos días para que se cumpla la fecha en la que Reino Unido esperaba abandonar el bloque, los parlamentarios siguen en desacuerdo con el texto propuesto por la líder y el futuro del brexit (y de Irlanda del Norte) en este punto es incierto.