Las atrocidades detrás del caso Vladimir Herzog en Brasil
La resolución de la Corte IDH reconoce por primera vez un crimen de la dictadura brasileña (1964-1985) como un acto contra la humanidad
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) condenó este miércoles a Brasil por la negligencia en la investigación del asesinato del periodista Vladimir Herzog, ocurrido en 1975.
La resolución de la Corte se convierte en la primera que reconoce un crimen de la dictadura brasileña (1964–1985) como un acto contra la humanidad y aclara el caso más emblemático contra dicho régimen militar, después de más de cuatro décadas.
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El 24 de octubre de 1975, Vladimir Herzog, de 38 años, se presentó de manera voluntaria a declarar frente a las autoridades militares en el Centro de Operaciones de Defensa Interna del Ejército, en Sao Paulo. Al día siguiente fue detenido, torturado y asesinado en el mismo lugar.
Los militares llamaban a declarar a mucha gente que fuese sospechosa de realizar "actividades de oposición" al régimen y solían convocar a los periodistas, tuvieran o no que ver con los grupos opositores.
Las autoridades de aquel entonces afirmaron que se trataba de un suicidio y llegaron a publicar una foto del cuerpo de Herzog, colgado con un cinturón alrededor del cuello. La imagen también mostraba los pies del periodista apoyados sobre el suelo, lo que imposibilitaría asfixiarse por cuenta propia. También el gobierno militar no fue capaz de explicar cómo Herzog obtuvo el cinturón con el que se ahorcó, ya que los uniformes de prisioneros no tenían cinturón y sus zapatos no tenían cordones.
La fotografía del periodista se convertiría en el principal símbolo de la violencia perpetrada por los gobiernos militares en Brasil.
El contexto de la época era un sistemático y generalizado ataque contra la población civil considerada "opositora" a la dictadura y en particular, contra periodistas y miembros del Partido Comunista Brasileño.
Después de décadas de peleas judiciales entre la familia de Herzog y el Estado brasileño, la Justicia de Sao Paulo determinó en 2012, la rectificación del certificado de defunción del periodista.
Con la decisión, el motivo de la muerte de Herzog fue modificado de "asfixia mecánica" a "muerte que se debió a lesiones y maltratos sufridos en la dependencia del II Ejército de San Pablo (DOI-CODI)". El cambio se realizó bajo petición de la Comisión de la Verdad, a solicitud de la familia del periodista, pero nadie hasta hoy había sido responsabilizado judicialmente por su asesinato.
En el marco del procedimiento ante la Corte IDH, Brasil reconoció que la conducta estatal de prisión arbitraria, tortura y muerte de Herzog causó a sus familiares un severo dolor.
"A pesar de que Brasil ha emprendido diversos esfuerzos para satisfacer el derecho a la verdad de la familia del señor Herzog y de la sociedad en general, la falta de una aclaración judicial, la ausencia de sanciones individuales en relación con la tortura y el asesinato de Vladimir Herzog, (...) violó el derecho a conocer la verdad en perjuicio de Zora, Clarice, André e Ivo Herzog" (mujer, padres e hijo del periodista), indicó la sentencia.
La Corte IDH considera al país responsable por la “falta de investigación, juicio y punición para los responsables por la tortura y el asesinato del periodista”.
El tribunal concluyó además que, "el Estado no puede invocar la existencia de la figura de la prescripción (...), la ley de amnistía o cualquier otra disposición semejante o excluyente de responsabilidad para excusarse de su deber de investigar y castigar a los responsables".
La sentencia determina que Brasil debe reanudar, con la debida diligencia, la investigación y proceso penal que corresponda por los hechos ocurridos en 1975, para identificar, procesar y sancionar a los responsables de la tortura y asesinato de Vladimir Herzog. Debe adoptar, además, las medidas más idóneas para que se reconozca la “imprescriptibilidad de los crímenes contra la humanidad y crímenes internacionales, así como pagar los daños materiales, inmateriales y gastos judiciales”.