Patarroyo probará en humanos su nueva vacuna contra la malaria en año y medio
Según el científico colombiano, cuando su vacuna esté lista, será igual de eficaz en todos los países del mundo.
El investigador aseguró que los ensayos en humanos de su nuevo prototipo de vacuna sintética contra la malaria comenzarán en un año y medio, después de haber logrado una eficacia del 90% en monos.
Así lo señaló este investigador a los periodistas, tras una charla en la que relató la historia de sus investigaciones en torno a la malaria, una trayectoria -dijo- en la que ha sufrido "asedio ecológico, económico y científico".
Patarroyo, quien aún no ha publicado en una revista científica los resultados en monos de esta segunda generación de su vacuna, estimó que en año y medio probará este prototipo en un grupo de soldados voluntarios de las fuerzas militares colombianas, como ya lo hizo en el pasado con su anterior proyecto, la vacuna "Spf66".
"Quiero dejarla (la nueva vacuna) prácticamente perfecta", subrayó.
Según este científico, quien ha recibido entre un 35 y un 40 % menos de recursos por parte de la cooperación española, cuando su vacuna esté lista, será igual de eficaz en todos los países del mundo.
En cuanto a si será efectiva y probada en niños, Patarroyo recordó que es enemigo de vacunar a los recién nacidos, pues su sistema inmune, aunque desarrollado, "no está coordinado".
En este sentido, abogó por aplicar en un futuro esta vacuna a partir del año de vida.
Patarroyo ha sido acusado por un tribunal de tráfico de animales por utilizar monos Aotus capturados al otro lado de la frontera colombiana, una decisión que ha recurrido y por el momento impide que pueda recibir más animales para sus investigaciones sobre malaria.
El investigador opinó que éste ha sido un capítulo "perverso", negó maltrato animal -la acusación es por tráfico- y recordó que los monos son devueltos a la selva.
Tras admitir que por culpa de esta decisión algunas cosas se están viendo demoradas, denunció que ha sido sometido, "por distintas razones" en las que no quiere entrar, a un "asedio bárbaro".
En este sentido, dijo que el presupuesto en su país ha sido recortado y que continúa en parte gracias a la ayuda española.
Entre otros, recibe fondos de la Agencia Vasca de Cooperación y de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), recursos que se han visto disminuidos casi en un 40 %.
Preguntado por las investigaciones del español Pedro Alonso y la efectividad del 30 % de su vacuna en bebés -el propio Alonso reconoció que esperaban un poco más-, Patarroyo manifestó que nadie debe "alegrarse del fracaso" de otra persona o de otro grupo.
Así lo señaló este investigador a los periodistas, tras una charla en la que relató la historia de sus investigaciones en torno a la malaria, una trayectoria -dijo- en la que ha sufrido "asedio ecológico, económico y científico".
Patarroyo, quien aún no ha publicado en una revista científica los resultados en monos de esta segunda generación de su vacuna, estimó que en año y medio probará este prototipo en un grupo de soldados voluntarios de las fuerzas militares colombianas, como ya lo hizo en el pasado con su anterior proyecto, la vacuna "Spf66".
"Quiero dejarla (la nueva vacuna) prácticamente perfecta", subrayó.
Según este científico, quien ha recibido entre un 35 y un 40 % menos de recursos por parte de la cooperación española, cuando su vacuna esté lista, será igual de eficaz en todos los países del mundo.
En cuanto a si será efectiva y probada en niños, Patarroyo recordó que es enemigo de vacunar a los recién nacidos, pues su sistema inmune, aunque desarrollado, "no está coordinado".
En este sentido, abogó por aplicar en un futuro esta vacuna a partir del año de vida.
Patarroyo ha sido acusado por un tribunal de tráfico de animales por utilizar monos Aotus capturados al otro lado de la frontera colombiana, una decisión que ha recurrido y por el momento impide que pueda recibir más animales para sus investigaciones sobre malaria.
El investigador opinó que éste ha sido un capítulo "perverso", negó maltrato animal -la acusación es por tráfico- y recordó que los monos son devueltos a la selva.
Tras admitir que por culpa de esta decisión algunas cosas se están viendo demoradas, denunció que ha sido sometido, "por distintas razones" en las que no quiere entrar, a un "asedio bárbaro".
En este sentido, dijo que el presupuesto en su país ha sido recortado y que continúa en parte gracias a la ayuda española.
Entre otros, recibe fondos de la Agencia Vasca de Cooperación y de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), recursos que se han visto disminuidos casi en un 40 %.
Preguntado por las investigaciones del español Pedro Alonso y la efectividad del 30 % de su vacuna en bebés -el propio Alonso reconoció que esperaban un poco más-, Patarroyo manifestó que nadie debe "alegrarse del fracaso" de otra persona o de otro grupo.