Corte duda de la muerte de Carlos Castaño
La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia reveló que las pruebas que aportó la Fiscalía General de la Nación sobre la exhumación del cadáver del ex jefe paramilitar Carlos Castaño Gil son insuficientes y poco contundentes para considerarlo muerto.
La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia reveló que las pruebas que aportó la Fiscalía General de la Nación sobre la exhumación del cadáver del ex jefe paramilitar Carlos Castaño Gil son insuficientes y poco contundentes para considerarlo muerto.
Por esa razón decidió condenar a Castaño Gil a 28 años y dos meses de prisión por la masacre de Mapiripán, Meta, ocurrida entre el 15 y 20 de julio de 1999, cuando 200 hombres de las autodefensas de Urabá, Meta y Guaviare se tomaron el municipio por cinco días.
La Corte rechazó una petición que la Procuraduría le hizo para terminar la acción penal adelantada en contra del desaparecido Castaño Gil.
Según consta en la sentencia, el procurador delegado solicitó una prueba en la que se demostrara la muerte, la cual calificó como “un hecho notorio” y en tal sentido pidió se “ordenara la cesación de todo procedimiento por ese motivo y en relación con todos los delitos por los cuales fue condenado”.
La Corte puntualizó: “No se puede concluir de manera certera que el cuerpo esqueletizado hallado en la diligencia de exhumación de un cadáver corresponda al citado (Carlos) Castaño Gil”.